Una herramienta para conocer a tu equipo
El todo es más que la suma de las partes, no hay mejor frase para describir el rendimiento de un equipo. Puede ocurrir que el rendimiento de una plantilla formada por mejores jugadores individuales llegue a ser inferior que el de un equipo cohesionado. Es por ello que los entrenadores, a veces, se decantan por incorporar a su equipo a un jugador no tan bueno técnicamente que contribuirá a mantener al grupo unido y en busca de las metas grupales antes que a una “estrella” que puede generar mal ambiente en el vestuario. Podríamos definir la cohesión como la tendencia de un grupo a no separarse y permanecer unido en la búsqueda de sus metas y objetivos por muy difíciles que se pongan las cosas. Esta cohesión no va a llevarnos directamente a la obtención de resultados positivos pero sí nos acercará a sacar el máximo rendimiento a nuestra plantilla.
Los entrenadores, a través de la observación, pueden conocer las relaciones que existen entre sus jugadores, pero ¿qué ocurre cuando no miramos? Las relaciones entre los miembros de un grupo pequeño se pueden estudiar y representar gráficamente utilizando un método sencillo como son los sociogramas. Un sociograma es simplemente un instrumento para representar gráficamente la estructura de un grupo, indicando las relaciones existentes (preferencias y aversiones) entre los miembros que lo componen.
El objetivo principal del sociograma es conocer la dinámica del grupo con el que estamos trabajando, especialmente la presencia de líderes. Podemos utilizar el sociograma para dos fines. En primer lugar, para recibir una primera información acerca del funcionamiento de un grupo desconocido para nosotros. Y, en segundo lugar, para detectar posibles aislamientos y rechazos que se produzcan en el grupo o para conocer líderes secundarios en los cuales la mayoría de los integrantes del equipo confían. Aclarar que nos podemos encontrar con dos tipos de líderes. Los líderes deportivos (preguntas rojas), que por norma general son los que más habilidad tienen para que el equipo desarrolle su mejor juego; y los líderes sociales (preguntas azules), que son los que se han ganado la confianza de sus compañeros.
Para elaborar nuestro propio sociograma debemos elegir una serie de preguntas que nos muestren las relaciones existentes entre nuestros jugadores. A continuación pongo algunos ejemplos orientativos:
- ¿A cuál de tus compañeros elegirías para realizar un trabajo?
- ¿A cuál de tus compañeros no elegirías para realizar un trabajo?
- ¿A cuál de tus compañeros elegirías para contarle un secreto?
- ¿A cuál de tus compañeros no elegirías para contarle un secreto?
- ¿A qué compañero te gustaría ver triunfar en el mundo del fútbol?
- ¿A qué compañero no te gustaría ver triunfar en el mundo del fútbol?
- ¿A cuál de tus compañeros elegirías para salir de fiesta?
- ¿A cuál de tus compañeros no elegirías para salir una de fiesta?
- ¿Quién te gustaría que fuera tu compañero de habitación?
- Ante un penalti que nos puede dar la clasificación a la siguiente ronda, ¿qué jugador lo lanzaría si tú fueses el entrenador?
- ¿Qué jugador crees vital para el juego del equipo?
Cada jugador deberá responder las preguntas que hayamos elegido indicando el nombre de un compañero. Es recomendable que los cuestionarios sean anónimos, ya que lo que nos interesa es conocer lo que piensa el grupo de cada jugador y no lo que piensa cada futbolista de manera individual. Después elaboraremos una tabla de puntuaciones para cada pregunta. Ilustraremos un ejemplo con la pregunta: ¿qué jugador crees vital para el juego del equipo?
Una vez recogidos los datos en la tabla anterior elaboramos el sociograma. Para ello colocaremos en el centro el jugador que más veces hayan elegido (1) y unimos mediante flechas la relación de los demás jugadores.
A simple vista se aprecia que el jugador con más peso en el equipo es el 1, seguido por el 2, 3 y 4. Podemos intuir que la mayoría de los jugadores del equipo confiarán deportivamente en estos futbolistas y sobre ellos cuatro recaerá gran parte del juego del equipo. Esto lo podemos tener en cuenta a la hora de organizar tareas, resolver conflictos en el vestuario, proponer ejercicios con su complicidad, informar de noticias, etc.
Ya que hemos terminado nuestro sociograma aclarar que es una herramienta orientativa, nunca concluyente. Pero cualquier información que podamos obtener de nuestra plantilla, por pequeña que parezca, podrá resultar muy valiosa.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!