Entradas

Artículo. El entrenador con el síndrome de la Playstation

¿Qué es el síndrome de la PlayStation?

Me he inventado este nombre para definir a los entrenadores que creen que sus jugadores son robots que pueden manejar con un mando inalámbrico y a los que se dedican a dar órdenes, no ya tácticas, sino sobre la forma en que deben actuar cada vez que les llega el balón. Frases del estilo: “controla con el pecho, bájala y dásela a pepito” “písala y al portero” “recorta y al centro”…

Estas frases son tremendamente molestas para cualquier jugador de futbol. Y no solo eso, son claramente perjudiciales para su rendimiento y eso está demostrado a nivel científico.

Cuando una persona ya domina una actividad (y claramente un jugador de futbol de 1ª división domina su actividad), no debe pensar en lo que hace. ¿Qué quiero decir? Pues eso, no debe pensar en absoluto. Su cerebro sabe de sobra lo que tiene que hacer. Lo procesa todo de forma automática. En el momento que el jugador profesional se dedique a pensar en cómo va a hacer lo que va a hacer, empeorará su rendimiento de forma crítica.

¿Por qué sucede esto?

El cerebro vive de oxígeno y glucosa. Consume el 20% del oxígeno utilizado por el cuerpo y nada más y nada menos que 400 kcal al día (quinta parte de una dieta normal!). Pensar cansa!

Y como pensar cansa, el cerebro, que es muy listo, y no quiere consumir energía por consumir, dispone de 2 vías por las que procesar la información y dar órdenes de actuación:

La vía A, la descendente es la que usamos cuando somos inexpertos. Es aquella en la que participa la corteza frontal, que es la sede del pensamiento racional y calculador. Es la que usamos cuando estamos aprendiendo a hacer algo y no lo tenemos internalizado. Esta vía es de gran consumo de recursos y nos obliga a poner total atención en lo que estamos haciendo.

La vía B es la que utilizamos cuando una acción la hemos repetido cientos de veces, y ya no nos damos ni cuenta de cómo lo hacemos. Esa acción es automática. Esta vía B libera la corteza frontal, la parte racional, y consume muchos menos recursos. Es muchísimo más rápida y efectiva para realizar cualquier tipo de actividad. Cuando la utilizas no piensas, sencillamente ejecutas, y lo haces bien. Cualquier futbolista profesional que lleva años haciendo esa actividad no necesita pensar lo que tiene que hacer cuando le llega el balón, sencillamente lo sabe. Si se para a pensar en cómo hacer lo que desea y no digamos ya si recibe un mensaje contradictorio del entrenador, es cuando duda y pierde esos preciosos segundos que marcan la diferencia. El futbolista tiene que fluir, tiene que hacer lo que siente. Su cerebro va a ir solo y le va a indicar la mejor opción. Seguro.

Esto se demostró, entre otros, en un experimento con jugadores de golf de élite y jugadores amateur. Para ello se midió el rendimiento en 2 situaciones distintas: en la 1ª situación se les pidió a los jugadores que explicaran con todo detalle como era su golpe, lo desagregaran en unidades simples y prestaran atención a cada una de esas unidades antes de golpear. En la 2ª situación se les pidió que se pusieran de espaldas a la pelota y al oír un silbato se giraran rápidamente y golpearan sin pensar. ¿Resultado? Los jugadores de élite rindieron mucho mejor cuando no pensaban. Los jugadores amateur, todo lo contrario, rendían mejor cuando se fijaban en la técnica y golpeaban despacio.

Conclusión: Si eres entrenador, deja a tu jugador que haga lo que siente o tus palabras serán contraproducentes. Si eres jugador, se automático, fluye, no pienses en cómo vas a hacer lo que has pensado hacer, sencillamente hazlo.

Juan Miguel Bernat
@juanbernatcoach

Protocolo de actuación en el descanso de un partido

Lo que a continuación se expone, es un ejemplo de actuación durante los quince minutos de rigor que dura el descanso entre ambas partes de un partido. Obviamente cada entrenador y cada cuerpo técnico tendrán su visión de cómo aprovechar y sacar el mayor rendimiento posible a este periodo de tiempo.

Quince minutos es el tiempo que estipula el reglamento de la FIFA para el periodo comprendido entre la primera y segunda mitad de un partido.

Descanso

Podríamos establecer tres bloques de cinco minutos en los que cada uno tendrá un objetivo distinto con el fin de poder intentar obtener el máximo provecho y que los jugadores salgan al terreno de juego con las ideas claras para afrontar con mejores garantías el segundo tiempo. Partimos de la base de que el equipo tendrá más o menos asimilado un modelo de juego que ejecutar en el campo. Este modelo de juego habrá sido previamente trabajado por el conjunto en los entrenamientos pudiendo alterar algún factor dentro de los principios propios del modelo en función del rival al que nos enfrentemos pero siempre priorizando nuestra idea de juego.

Bloque 1. Primeros cinco minutos

Mientras los jugadores se dirigen al vestuario para recuperarse del esfuerzo, hidratarse, realizar algún estiramiento específico o en algún caso en particular ser tratado por el fisioterapeuta, si disponemos de uno, el resto de miembros del cuerpo técnico se reunirá para:

  1. Comentar las cuestiones tácticas que el equipo está realizando correctamente.
  2. Comentar las cuestiones tácticas que el equipo debe mejorar en el segundo tiempo.
  3. Recalcar y preparar el contenido que se va a exponer a los jugadores en los bloques siguientes. Aspectos a corregir táctica y técnicamente en el segundo tiempo. Ir desde lo colectivo a lo particular. (Colectivo, intersectorial, por línea e individual)

Bloque 2. Segundos cinco minutos

Durante este periodo tenemos que exponer todos los aspectos a corregir en el segundo tiempo. Hacer un breve análisis de la primera mitad (cuatro o cinco frases) y recalcar lo que el equipo tiene que cambiar para obtener beneficio en esos aspectos del juego que han sido desfavorables en la primera mitad.

Las indicaciones deberán exponerse siempre de manera positiva. No es momento de realizar críticas ni señalar a ningún jugador en particular. Tampoco debemos pedir al futbolista que realice acciones, asociaciones o conceptos que no se hayan trabajado durante la semana ya que podríamos estar haciendo dudar aun más al jugador sobre lo correcto e incorrecto.

Debemos dirigirnos al grupo con seguridad, frases cortas y directas. Partiremos por los errores o conceptos que el GRUPO COMPLETO está realizando e ir, como comentamos anteriormente, de lo colectivo a lo individual. Tenemos que conocer a nuestros jugadores, es importante saber cómo reaccionan a las órdenes y en el aspecto particular, en algunos casos será necesario terminar la charla completa para antes de salir de nuevo al campo, dirigirse en exclusividad a uno o varios futbolistas que pueden reaccionar mal a las correcciones delante del colectivo. No olvides que siempre buscamos salir al terreno de juego con las máximas garantías de competir por obtener la victoria.

Bloque 3. Últimos cinco minutos

Este último bloque estará reservado para señalar todos los aspectos del juego que se han realizado correctamente, en los que hemos sido superiores a nuestro rival y en los que el equipo mejor se ha encontrado en los primeros cuarenta y cinco minutos.  De nuevo debemos partir de lo colectivo a lo individual.

También debemos aprovechar este último intervalo para motivar al conjunto. Independientemente de cómo vaya el resultado ya no se puede cambiar lo sucedido en el primer tiempo, así que hay que centrarse en aquellos aspectos que el equipo puede actuar. Nunca se puede dejar de competir con la máxima intensidad. Hay que volver a recordar el enorme esfuerzo realizado durante la semana. Valorar lo conseguido y alentar hacia las metas u objetivos que tenemos planteados. Fomentar la unión de los individuos en beneficio del bien colectivo, que todos sepan que su papel es importante dentro del terreno de juego.

En muchos casos es necesario realizar una o varias sustituciones en el descanso. Si estos cambios están programados minutos antes de la conclusión del primer periodo es necesario que los jugadores que se disponen a saltar al campo comiencen cuanto antes las tareas de calentamiento con el fin de que puedan estar presentes en el segundo y tercer bloque del protocolo. En el caso de que la sustitución sea decidida en el propio descanso, podríamos delegar la tarea de informar al jugador sobre sus premisas individuales y compromisos grupales en algún miembro del cuerpo técnico.

El primer entrenador moderno… pero ¿de fútbol?

Si nos ponemos a pensar sobre cuál fue el primer gran equipo de la historia, se nos vienen varios nombres a la cabeza: el Real Madrid de las 5 Copas de Europa de Di Stefano; el Milán de Baressi, Van Basten, Rijkaard que ganó la Copa de Europa o el actual FC Barcelona liderado por Pep Guardiola o Tito Vilanova. Me temo que estos no fueron los grandes equipos de la historia.

Vayámonos unos años atrás. Bastante más de los que piensas. Hasta la época en la que el imperio Cartaginés libraba arduas batallas con el imperio Romano en busca de la conquista del territorio. Y más concretamente, al ejército cartaginés liderado por el gran Aníbal.

Aníbal, quizás el primer gran líder y director de grupo de la historia, es denominado por los historiadores como el “Padre de la Estrategia”. Tenía bajo sus órdenes a un ejército de más de 90000 entrenados y talentosos infantes y 12000 caballeros, dispuestos a luchar en el campo de batalla defendiendo su imperio e intentando conquistar la todopoderosa Roma. ¿Acaso no es esto un equipo? Quizás se relacione más de lo que pensamos con un equipo de fútbol…

Leer más

Artículo. Claves para una dirección de equipo exitosa

Hoy, el amigo Salvador Moreno, conocido en el mundo del fútbol como Bori, nos presenta un artículo para poner en práctica con nuestro equipo. Bori es Técnico Deportivo de Fútbol y actualmente es uno de los entrenadores del Cadete Preferente del Málaga CF. Anteriormente, ha trabajado con el equipo de categoría División de Honor del mismo club, desempeñando las funciones de analista. Además de todo ésto, posee una formación extraordinaria en el uso y aplicación de las nuevas tecnologías.

Este es el artículo que nos ha dejado. Gracias a Bori por su colaboración.

CLAVES PARA UNA DIRECCIÓN DE EQUIPOS EXITOSA
Salvador Moreno

Dirigir grupos en deportes colectivos, en los que obtener resultados depende de tantos factores, es una tarea harto difícil teniendo en cuenta que sobre ello no existe una verdad absoluta y lo que a algunos les funciona en determinados momentos a otros, que ponen la misma actuación, no les da el mismo resultado, por lo que atreverse a organizar una lista de claves para la dirección de equipos se presenta poco realista.

Teniendo esto en cuenta, creo que es posible, estudiando a las grandes personalidades del liderazgo, partir de una serie de claves que pueden ayudarnos a los entrenadores a conseguir una dirección de equipo exitosa.

1. DAR EJEMPLO

Un líder debe predicar con el ejemplo, porque esto será mucho más efectivo que cualquier discurso que pronunciemos, y si no llevamos a cabo lo que decimos nuestras palabras pierden toda la credibilidad.

Un aspecto muy importante dentro de este punto es la imagen, hay que tener una buena imagen, actuar de manera coherente con cada decisión que se toma y cuidar las formas sin perderlas en ningún caso, y mucho menos en público.

La capacidad de actuar de forma ordenada y perseverante ayuda a conseguir objetivos marcados, por lo que mantener la disciplina es un valor fundamental con el que debe contar un buen director de grupo.

2. ESTABLECER NORMAS E INSTAURAR HÁBITOS SALUDABLES

Al principio de cada proyecto se deben establecer una serie de normas que todos deben cumplir en todo momento y sin excepción, ya que cualquier duda en su cumplimiento puede hacer desaparecer la credibilidad del entrenador.

A la hora de designar las normas podemos hacer que participen los jugadores, les gustará sentirse involucrados en el proyecto y de esta forma serán más responsables a la hora de acatar dichas normas, ya que han sido establecidas, en parte, por ellos mismos.

En la aplicación de las normas no se deben dejar cabos sueltos, hay que ser justos pero flexibles. Hay una frase que define esto a lo que me refiero: “sé justo antes que ser generoso, pero sé humano antes de ser justo”.

Tan importante como las normas, es fomentar los buenos hábitos: puntualidad, correcto comportamiento en las tareas grupales,… Todo ello creará una buena salud en el conjunto del equipo.

3. SABER ESCUCHAR Y DIALOGAR

Saber escuchar y saber observar, dejando que los jugadores se expresen con libertad, es muy importante para conocer a cada uno de los componentes del grupo y anticiparse a posibles conflictos. De esta manera podremos mantener la armonía en el colectivo.

La comunicación en las relaciones personales es muy importante, intentando convencer de nuestras ideas a nuestro interlocutor mediante razonamientos, nunca imponiéndole nuestras creencias.

4. POR CONVENCIMIENTO MEJOR QUE POR IMPOSICIÓN

Hoy en día el mejor sistema de enseñanza es mediante el convencimiento y el diálogo, no por imposición y a base de gritos y órdenes estrictas cómo se hacía en nuestra sociedad hace unas décadas.

Es bastante evidente que las cosas que se aprenden con agrado se hacen mejor y se interiorizan más rápido que cuando nos las imponen. En definitiva, es importante tener presente que la autoridad moral es mucho más valiosa que los galones.

De alguna forma hay que intentar motivar a los jugadores porque esto mejora el rendimiento con respecto a una actitud apática, y tenemos que ser capaces de hacer crecer, personal y profesionalmente, a cada uno de los componentes del grupo, tanto jugadores como colaboradores.

El orden lleva al éxito, la apatía al fracaso. El entrenador podrá perdonar que se juegue bien o mal pero nunca que los jugadores no se esfuercen.

5. LA PEOR PALABRA UTILIZADA ES YO

No hablar nunca en primera persona del singular, y en todo caso, hacerlo solo para responsabilizarse de un fracaso, nunca para atribuirse el éxito. Se pueden utilizar experiencias pasadas para explicar situaciones actuales con la intención de presentarlas gráficamente pero nunca vanagloriándose de triunfos obtenidos.

6. AYUDANTES LEALES Y FIELES

En el fútbol moderno un entrenador debe tener un buen cuerpo técnico. Antes el entrenador lo hacía todo, ahora, sin embargo, se rodea de especialistas sobre los que delega tareas y responsabilidades, compartiendo también con ellos el protagonismo. Los entrenadores deben de ser conscientes de que no pueden abarcarlo todo.

Es importante que toda la información de que dispone el equipo (contrincantes, estrategias,…) esté a disposición de la totalidad del cuerpo técnico para su posterior análisis y evaluación, con total transparencia y confianza, porque siempre cuatro ojos ven más que dos. Para ello debemos rodearnos de colaboradores leales y discretos y darles confianza, apoyo y libertad para desempeñar su trabajo.

7. INDEPENDIENTE ANTE LA TOMA DE DECISIONES

Como he mencionado antes, se debe escuchar a todos y nunca impartir doctrinas sobre nuestras creencias, ya que en el mundo del deporte caben todas las opiniones, porque, como dije al principio, no hay una verdad absoluta. Sin embargo, a la hora de tomar decisiones, la última palabra es únicamente del entrenador, que debe hacerlo sin precipitarse, después de estudiar minuciosamente la situación y aplicando en todo momento el sentido común . En el caso de tomar una decisión errónea hay que reconocerlo, corregirlo y realizar autocrítica, una equivocación no tiene porque provocar injusticias.

Por último, no hay que olvidar que la única forma de aprender es tomando decisiones, equivocándose y haciéndose responsable de ellas y que el liderazgo, ante todo, es responsabilidad en los actos y en la toma de decisiones.

8. TRANQUILIDAD ANTE EL FRACASO Y EL ÉXITO

Una actitud serena, tanto en el éxito como en el fracaso, hace ver al grupo que no está todo perdido, y que siguiendo con el trabajo constante se puede volver a la senda correcta.

Hay que ser comprensivo, cordial y flexible dentro de lo posible, ya que mantener la paciencia y la calma en las situaciones adversas ayuda a tomar decisiones adecuadas. En resumen, en los momentos difíciles hay que mantener la calma, la disciplina y las buenas costumbres, reforzando positivamente aquello que hayamos hecho bien.

9. NO SE GANA SIEMPRE

Tenemos que tener claro que nunca debemos engañarnos a nosotros ni a los jugadores y sobre todo hablar con claridad sobre nuestras virtudes y nuestros defectos.

Para hacer cualquier corrección a algún futbolista debemos hacerlo personal y directamente, haciéndolo de forma sencilla, clara y con intención. Para el refuerzo positivo, sin embargo, nos dirigiremos a todo el colectivo.

10. OPTIMISMO Y PENSAMIENTO POSITIVO

Ver el lado bueno de las cosas ayuda a crear un entorno positivo y que, las críticas que tengamos que realizar, en su gran mayoría sean constructivas y no destructivas.

Hay que tener presente que los seres humanos no somos lógicos, sino emocionales, por lo que la alegría y la cordialidad se transmiten más rápidamente que las emociones negativas. Cuando en un grupo las emociones son encaminadas hacia el lado positivo, el porcentaje de consecución de las metas llega a cotas muy elevadas.

11. FORMACIÓN, UNA GRAN HERRAMIENTA

Cómo en cualquier otro campo o área profesional, una buena formación, constante y continuada, es la herramienta más potente con la que cuenta un entrenador para sostener y hacer avanzar su proyecto a corto y largo plazo.

Dirección de Equipos. La Comunicación

Tras asistir a varias clases impartidas por Juan Gambero en el Curso Nacional, he realizado un pequeño resumen de uno de los apartados que, desde mi punto de vista, es de vital importancia en el entrenamiento y la dirección del grupo: el conocimiento del jugador/grupo como base para la comunicación.

Pero no se trata sólo de comunicarse, sino el modo en que se hace. Es fundamental conocer y entender al jugador como persona y no únicamente como futbolista, comprendiendo que los acontecimientos y situaciones de su vida personal pueden afectar a su rendimiento deportivo y modificar su comportamiento y modos de actuar.

Conversar cara a cara con el jugador hace que incremente de manera notable la confianza que el jugador pueda depositar en el entrenador. Con éste tipo de conversación, el futbolista puede llegar a facilitar al entrenador determinada información que puede serle útil para manejar distintos aspectos del vestuario. Charlar en grupos reducidos de forma distendida ayuda también al conocimiento de los jugadores como persona y fomenta dicha confianza.

Pero una de las mayores virtudes que debe tener el entrenador es la de saber escuchar. Que dicha conversación no sea unidireccional. Si el entrenador no está dispuesto a escuchar al jugador, está desaprovechando oportunidades de fomentar su confianza y como consecuencia de perder información.

Por último, el lenguaje corporal y las expresiones pueden ayudar al entrenador a interpretar el mensaje que envía el jugador de un modo u otro. Del mismo modo, el tono en el que el entrenador transmita dicho mensaje influye en la recepción por parte del jugador.

Para finalizar, a continuación os dejo un video con una anécdota de José Mourinho.