El primer entrenador moderno… pero ¿de fútbol?

Si nos ponemos a pensar sobre cuál fue el primer gran equipo de la historia, se nos vienen varios nombres a la cabeza: el Real Madrid de las 5 Copas de Europa de Di Stefano; el Milán de Baressi, Van Basten, Rijkaard que ganó la Copa de Europa o el actual FC Barcelona liderado por Pep Guardiola o Tito Vilanova. Me temo que estos no fueron los grandes equipos de la historia.

Vayámonos unos años atrás. Bastante más de los que piensas. Hasta la época en la que el imperio Cartaginés libraba arduas batallas con el imperio Romano en busca de la conquista del territorio. Y más concretamente, al ejército cartaginés liderado por el gran Aníbal.

Aníbal, quizás el primer gran líder y director de grupo de la historia, es denominado por los historiadores como el “Padre de la Estrategia”. Tenía bajo sus órdenes a un ejército de más de 90000 entrenados y talentosos infantes y 12000 caballeros, dispuestos a luchar en el campo de batalla defendiendo su imperio e intentando conquistar la todopoderosa Roma. ¿Acaso no es esto un equipo? Quizás se relacione más de lo que pensamos con un equipo de fútbol…

Tras cientos de batallas vencidas, finalmente cayó derrotado por el ejército romano en el año 209 a.C.  Analicemos cuáles fueron las causas de esas derrotas y extrapolémoslo al fútbol. Quizás nos llevemos una sorpresa y estuviésemos ante el primer entrenador moderno de la historia…

FALTA DE COHESIÓN INTERNA

Aníbal situó al frente a varias personas responsables dentro de las mismas áreas. Esto generó conflictos en la dirección que derivaron en falta de comunicación y disputas internas.

Si dentro de un cuerpo técnico no hay una persona responsable de todas las decisiones y no se encuentra jerarquizado, puede ocurrirte lo mismo que a Aníbal. Establece una estructura jerarquizada dentro del cuerpo técnico.

DESCENTRALIZACIÓN DE LOS OBJETIVOS

Aníbal estableció de una vez varios objetivos que debían ser cumplidos al mismo tiempo. Esto no permitía que todo el ejército se dirigiese hacia la misma meta en ese momento.

Con tu equipo, establece objetivos que se irán cumpliendo y redefiniendo a lo largo de la temporada. No obstante, no pierdas de vista nunca el objetivo general, que deberá formar parte de la cultura del equipo y que es invariable porque formará parte de la propia filosofía.

NO PIERDAS EL POTENCIAL DEL CONJUNTO

Aníbal repartía los ejércitos en lugar de concentrarlos. La superioridad que había tenido hasta el momento se vio mermada cuando tuvo que enfrentarse a los romanos. Con tu equipo, gestiona los recursos humanos de la mejor forma posible, haciendo que el potencial del conjunto se multiplique con la interacción de los jugadores y miembros del cuerpo técnico.

CONFUSIÓN DE PRIORIDADES

A lo largo de la guerra con Roma, Aníbal perdió de vista cual era la prioridad (conquistar Roma) para centrarse en asuntos de menor importancia en la conquista de territorios. Esto le impidió desarrollar un plan de ataque contra Roma con el suficiente nivel de detalles y controlando todos los aspectos.

Si nuestro equipo al completo no sabe qué prioridades nos hemos marcado es imposible funcionar como tal equipo. Paso a paso y poco a poco. Es la única forma de gestionar nuestras armas en la competición,

DESCONOCIMIENTO DE OBJETIVOS

Todos conocían el gran objetivo: conquistar Roma. Pero no se establecieron los objetivos intermedios hasta llegar al final. El desconocimiento de los objetivos intermedios, impidió establecer una línea de actuación lo suficientemente definida.

Tanto los objetivos esenciales deben ser conocidos por toda la plantilla como los objetivos secundarios deben conocerlos los miembros del cuerpo técnico o no se funcionará como un verdadero equipo. Esto permitirá que cada profesional en su área pueda orientar su trabajo en una misma línea, obteniendo al final objetivó deseado.

ESTRATEGIA ERRÓNEA

Aníbal priorizó la contención de Roma para que no invadiesen Cartago sobre la propia conquista de Roma. Acción que finalmente le costó su territorio. Prefirió neutralizar al enemigo en vez de aprovechar las habilidades que su ejército poseía.

No se puede pretender ganar un partido solo manteniendo la posición. Además de protegernos, el adversario siempre tiene debilidades. Hay que aprovecharlas ganar terreno maximizándolas. Es cierto que hay muchos equipos que no arriesgan y obtienen resultados aprovechando alguna oportunidad, pero las probabilidades de éxito y ganar el partido son mucho menores.

INDEFINICIÓN

Sin lugar a dudas, lo que le permitió a Roma ganar la guerra fue su enorme determinación, valor que es clave para conseguir cualquier objetivo, frente a la indefinición de la Cartago de Aníbal.

Si tu equipo no conoce su razón de ser, no tiene las ideas claras, si cada uno de los miembros no se ha preguntado nunca qué hace y por qué está ahí y qué ocurriría si él no estuviese en el equipo, jamás se rendirá al 100% en lo individual ni en lo colectivo. Tener claro esto hará sentirnos partícipes del reto y la motivación aumentará.

SIN ESTRATEGIA A LARGO PLAZO

La superioridad táctica de Aníbal sólo sirvió para ganar batallas, pero la estrategia a largo plazo de Roma se impuso al final.

¿Has definido alguna vez tu modelo de juego? El desarrollo de patrones de actuación para una temporada es fundamental. En la mayoría de ocasiones, los equipos que no lo tienen definido, que preparan cada partido de forma independiente, ganan únicamente partidos por el talento de sus jugadores. Sin embargo, aquel equipo que se prepara para una competición y no para un único partido, estableciendo unas bases sólidas en su modelo de juego, progresa a lo largo de toda una temporada consiguiendo los objetivos propuestos. El modelo que sólo está condicionado por los rivales y las circunstancias se cae por sí mismo.

¿POR QUÉ NOS RECONOCEN?

Cartago tuvo un problema de identidad corporativa y de falta de cultura interna. Esto provocó que la falta de ánimo se instalada en los guerreros y soldados, desmoralizando a las tropas.

El equipo tiene que tener claro cuál es su estilo. Por qué lo identifican. Y lo más importante de todo: todo el mundo debe sentirse útil saber cual es su misión dentro del equipo y valorando que su esfuerzo tiene una razón de ser, un significado.

No hay discusión en cuanto a que se trata de un planteamiento táctico y una dirección de grupo como la de un equipo de fútbol moderno. Pero esto fue solo una guerra. Aníbal libró cientos de batallas y varias guerras en las que salió victorioso. Conozcámonos ahora cuáles fueron sus mayores virtudes.

PROACTIVO

Aníbal era culto y astuto, proactivo e innovador. Cualidades indispensables para ser entrenador de fútbol hoy en día.

Un entrenador debe formarse y estar siempre actualizado, ganar conocimientos y estar siempre innovando con nuevas ideas y mejoras. Pero esto no lo puede hacer el entrenador solo, ya que hoy en día se abarcan muchos ámbitos. Es importante tener un buen EQUIPO.

ESTRATEGA

Era muy bueno en la estrategia, sobre todo en la capacidad de decidir sobre el campo de batalla cómo actuar y por eso ganó la mayoría de las batallas por las que luchó.

Es importantísimo la presencia de un líder que tome responsabilidad y tenga capacidad de decisión. Un líder que sea seguido por los demás en el camino al éxito. Y si un entrenador no es líder debe ocupar otro rol. Hay muchos entrenadores que ganan partidos no por sus decisiones, sino por detalles de la calidad de un futbolista o por errores del adversario. Pero cuando las mimbres no son las mejores y el adversario no comete errores se ven en evidencia como estrategas.

MANEJABA INFORMACIÓN 

Tenía información privilegiada. Contaba con una red de espías (fue el primer estratega que los implantó) y tenía carisma. Por eso la gente lo respetaba y estaba de su lado.

¿Qué equipo actualmente no realiza funciones de análisis de rivales o, al menos, recaba toda la información posible sobre él? Todo un avanzado para su época. Recogiendo información se reduce la incertidumbre. ¿Acaso no preparas mejor un partido si ya sabes por donde te va a atacar el equipo contrario? Contacta con compañeros de la categoría, muévete a ver partidos de adversarios y recaba toda la información posible.

Dejando ya el símil histórico a un lado, todos los puntos recogen enseñanzas fundamentales para la dirección de un equipo de fútbol. El entrenador evoluciona y cada vez más, sólo llegan los mejores arriba. Amplia conocimientos, fórmate y ponte al día con cualquier tendencia o innovación que sea interesante. Y lo más importante: potencia tus habilidades como director de grupo. El Coaching te ayuda a ello. Cada vez más gente forma los cuerpos técnicos y equipos y el entrenador está llegando a ser el director de todo.

Nos vemos pronto.

Por cierto… ¿Aún sigues pensando que no fue el primer entrenador de la historia?

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