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¡Como falles otra vez, te cambio!

A continuación tenemos otra colaboración de Kike Fernández (@kikecoach). Tras el éxito del artículo ¡Será tonto el “tío” este que no saca a mi hijo!,  ¡Pepe dile que te saque ya! llega otro artículo titulado «¡Cómo falles otra vez, te cambio!

Desde La Libreta del Mister damos las gracias a Kike por la colaboración y esperamos que disfruten del artículo.

¡Como falles otra vez, te cambio!

¿Cuántas veces hemos oído esta frase en un campo de fútbol 7?

Bajo mi punto de vista ya sea con el rol de entrenador que quiere sacar los mejores resultados y que también vive partidos igualados, lo veo muy mal, sobre todo en el deporte de base, donde nuestro cometido es formar personas seguras de sí mismas y con suerte, futuros deportistas de élite, no chicos inseguros e infelices por miedo al error antes de que se produzca, y miedo al castigo ya sea físico o psicológico, hay que quitarle importancia al error en sí y trabajar en no repetirlo.

¿Habéis tenido alguna vez un jugador con el llamado «gen competitivo»?

Es una gozada entrenar a chicos o chicas así y compartir con ellos una o varias temporadas, los ves que mantienen la calma, que le resbala todo lo que pase en el terreno de juego, que controla normalmente la situación (insultos, provocaciones, errores arbitrales), que es capaz de fallar varias acciones consecutivas, y no cambia esa cara de «la próxima la meto» y cuando vuelve a tener la ocasión en vez de arrugarse, le tira un regate o un taconazo a su rival, lo ves como corre por el campo como un «mariscal de campo» , con la cabeza alta y seguro de sí mismo, con una confianza infranqueable, que lucha hasta el final siempre, sea cual sea el resultado y sea cual sea su actuación ese día.

Yo si he tenido la suerte de tenerlos y en el deporte de formación, chicos de 13/14 años que no se arrugan, inventan, crean en los momentos más ajustados, que fallan muchas veces por supuesto y a pesar de ello arriesgan aunque se jueguen ganar o perder el partido y ser «culpables» de ello, pero ves que van creciendo semana a semana, el error no les paraliza, les activa y desafía.

¿Se nace con el gen o se aprende?

Todo influye en la construcción de creencias y de la autoconfianza, lo que tienen estos niños es una autoconfianza plena, fundamentada en una muy buena educación tanto en casa como en el deporte, desde bien pequeños, la genética y como les hablen sus padres en los primeros años de vida les influye, padres que ni dejan que vuelen y dejen de tocar los pies en el suelo, para no acabar pasando de la confianza a la sobradez, ni que caigan y pierdan su autoestima comparándose con los demás, sino que les enseñan a estar en un lugar optimo, a ser humildes pese a los éxitos, y resilientes en los fracasos, a motivarles para que siempre busquen mejorar, en esto los entrenadores que no castigan el error  ayudan mucho.

“La autoestima, plenamente consumada, es la experiencia fundamental de que podemos llevar una vida significativa y cumplir sus exigencias»

«La confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida»

«La confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices; el sentimiento de ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos.”

Nathaniel Branden

¿Cómo se construye?

Desde niños/as como he comentado anteriormente nuestro entorno nos va enviando mensajes que influyen en nuestra propia percepción y en la de nuestras experiencias, tanto en casa, como en el colegio como en el deporte, nuestros educadores son fundamentales, todos ellos pueden influir negativamente o positivamente según el mensaje que nos transmitan, es este articulo nos centraremos en el deportista, los padres o entrenadores no podemos idolatrar a un niño diciéndole que todo lo hace bien, ni que todo lo hace mal, tenemos que ser consecuentes y justos con nuestras acciones, fomentando una buena actitud tanto en la victoria como en la derrota, focalizando su éxito en el rendimiento y actitud que han dado, no en el resultado ni en los goles que ha conseguido.

En el tema que nos ocupa los mensajes de, ¡si fallas te cambio!, ¡si se te escapa el balón, te pones a correr! son  mensajes que condicionan al niño- jugador en su autoestima y autoconfianza, al igual que el gritar por gritar, como entrenador yo quiero jugadores que se atrevan, que asuman los errores sin poner excusas, que sean creativos e inventen en la competición, que sean conscientes de lo que hacen mal y lo que hacen bien, pero para ello tengo que darle confianza y un margen de error, tengo que enseñarle porque a fallado y como tiene que hacer la próxima vez para no hacerlo, no gritarle y cambiarlo sin explicarle nada, enseñarles que todo su esfuerzo no depende de que entre o no el balón en una acción sino que su trabajo ha sido bueno al tener buena actitud, que el éxito no depende del resultado sino de cómo interprete el mismo, en definitiva quiero que formemos a ganadores, jugadores que den siempre todo lo que sepan y puedan, que sean protagonistas y lleven la iniciativa, no que vayan a remolque de los demás y que disfruten si ganan de su esfuerzo al igual que si pierden reconociendo la superioridad del contrario, acabo con un pequeño decálogo para construir una buena autoestima, y espero que poco a poco cada vez seamos más entrenadores que trabajemos la nuestra y la de nuestros chicos o chicas.

La buena autoestima (Enrique Rojas)

  1. El juicio personal
  2. La aceptación de un@ mismo
  3. El aspecto físico
  4. El patrimonio psicológico
  5. El entorno socio-cultural
  6. El trabajo
  7. Evitar la envidia o compararse con los demás
  8. Desarrollar empatía
  9. Hacer algo positivo por los demás

Kike Fernandez (@kikecoach)

El Mapa del Portero: Cuerpo–Mente–Emoción

A continuación os presentamos un artículo escrito por Amalia Revuelta (@CoachingPsd), experta en el entrenamiento de la Lateralidad. Desde La Libreta del Mister le agradecemos esta colaboración. Así funciona un portero.

El Mapa del Portero: Cuerpo–Mente–Emoción

Trabajar el autoconocimiento y automotivación, desde la formación hasta el máximo nivel de competición, mueven el interés y ayuda a profundizar en la verdadera implicación para querer mejorar continuamente. De este modo, el portero, para reconocer su identidad – individual y colectiva – es necesario que tenga representada mentalmente una imagen corporal adecuada, con códigos claves para rendir al máximo nivel en fútbol.

InstintoMarca

Nuestras emociones, pensamientos, y acciones funcionan como un «Todo Neurológico», como el software mas sofisticado y preciso a nivel cerebral. Siguiendo el símil tecnológico, estos programas los fabrica el portero con la información de cómo percibe la competición y entiende el juego. LA VISIÓN táctica debe orientarla a observar la realidad con todos los sentidos y sentimiento, dando “sentido” (permítame el lector utilizar repetidamente la palabra) a toda la información para poder actuar según los programas mentales y las sensaciones que tenga en su banco de memoria corporal.

Además, el portero puede cambiarlos, uno por otro, según la situación en la que compita. Por ello es importante que los comportamientos y movimientos específicos que utiliza cuando piensa, siente y ejecuta acciones técnico–tácticas, ya sean individuales o colectivas, persigan un único objetivo: generar resultados específicos, orientadas hacia cambiar el significado de los aspectos del juego.

A modo de ejemplo, tener la obligación de ganar o jugar, es diferente a pensar en la oportunidad de disputar la titularidad, un partido o la responsabilidad de rendir al máximo nivel en uno concreto por la presión que ejerce el resultado. En definitiva, el portero posee un «mapa» del fútbol propio que no hay que confundirlo con el territorio concreto donde tiene que rendir. Por ello es de vital importancia el significado que se le otorga a: Resultado, Rendimiento, Formación, Valores, etc. Importancia que es clave para que el portero en etapas formativas, le dé significado a cada uno de ellos, ya que servirán de palanca para fabricar creencias personales fuertes y solidas que son las que le impulsan a moverse.

El significado, es decir, la representación mental y corporal del pensamiento y comportamiento (estrategias de motivación) para obtener el máximo rendimiento son las responsables de la actuación deportiva en momentos de máxima tensión. Al estar continuamente construyendo vivencias, el portero necesita una actitud mental positiva, que es la que genera cambios en el “sistema de creencias”, permitiendo aumentar el nivel de motivación personal.

Costa Rica v Greece: Round of 16 - 2014 FIFA World Cup Brazil

Ejercitar el autoconocimiento del portero para construir su mapa de trabajo, deben ser coherentes: una mentalidad ganadora, debe ir siempre acompañada de una emoción optimista y un estado físico fuerte. Éste es el programa necesario para soñar con el éxito.

¿Por qué actualizar el programa?

  1. En ocasiones hay que Redefinir la meta que indica la autodirección positiva: Visualizar anticipadamente la imagen exacta del éxito, “la visión”, permite identificar los obstáculos que detienen el esfuerzo hacia la meta fijada. Hay que detectar oportunidades en cada problema y superar las limitaciones, para mejorar el desempeño y superar los desafíos o retos.
  2. Explorar el mundo interior de los competidores para detectar y frenar obstáculos del equipo que no permiten desarrollar el mejor nivel de rendimiento. Superar bloqueos mentales colectivos.
  3. Bucear por el significado de las “creencias” ya que están directamente relacionadas con la automotivación ¿De qué manera? Si el portero aprende que rendir es ganar, esta mentalidad resultadista puede afectarle, ya que el portero en etapas de formación dará mucha importancia al resultado, a perder o ganar, y en detrimento, poca al esfuerzo que ha realizado durante toda la semana y partido.

Dominar y regular todos estos aspectos con eficacia ayuda a que el portero encuentre un estado físico y mental óptimos para estar centrado, fortalecer el diálogo interno, afianzar la confianza, la motivación y aprender a pensar en la meta, mediante la utilización de técnicas individuales que le permiten desarrollar recursos psicológicos fuertes para explotar el talento individual.

Mentalidad y Futbol

Visualizar las metas y la dirección correcta, aporta significados que se convierten tras la persistencia en creencias que promueven seguridad. Vivir el Miedo depende de uno mismo, de elegir creer o no creer que se puede.

La mano izquierda del entrenador

“El fútbol es de los futbolistas”. Sin duda es una de las frases que se escuchan habitualmente en distintos foros futbolísticos. Y se escucha porque es una de las pocas afirmaciones que se acerca a ser categórica en un mundo, el del fútbol, en el que existen tantas opiniones como personas opinan y todas pueden ser válidas en función del contexto en el que nos encontremos.

Hoy día, podemos encontrar en nuestro país a miles de entrenadores con una gran formación y con la convicción de estar preparados para todo. Por fortuna, esa formación no garantiza que todos ellos vayan a ser buenos entrenadores.

Y digo por fortuna, porque será precisamente esa diversidad de personas la que actúe como elemento diferenciador entre todos esos entrenadores. Misma formación, distintas personas, distintos entrenadores.

Esa es una de las claves que marcan actualmente la diferencia entre los buenos entrenadores y los mejores. Entre los competentes y los que no lo son. La persona que dirige es la que marca, en muchas de las ocasiones, el devenir de un equipo. Y es la persona, porque en muchas ocasiones dejamos de tratar cuestiones meramente futbolísticas para abordar directamente cuestiones de índole personal con nuestros jugadores.

Por lo tanto, gestionar al grupo humano que tenemos frente a nosotros, se convierte a mi modo de ver, en un asunto de máxima prioridad si queremos lograr los máximos éxitos deportivos, pues a pesar de que los jugadores, como afirma Óscar Cano son “los que juegan y los que saben”, el entrenador debe conseguir liderar a ese grupo de jugadores, orientándolos hacia la consecución de unos objetivos comunes para conseguir conformar un equipo como tal.

Y respecto de ese liderazgo habla Graham Taylor, experto en coaching deportivo y cuyas palabras recogen Jones, Armour y Potrac en su libro Sports Coaching Culture, donde explica que, “a menos que la gente esté dispuesta a escucharte, a menos que tú estés preparado para escucharles y entenderlos como personas, el mejor libro de coaching del mundo no te ayudará. Todo gira en torno a las relaciones que tienes con tus jugadores y la confianza que existe entre vosotros. Así es la vida” 

Por lo tanto, debemos tener claro el papel que debe desempeñar el entrenador dentro de un equipo de fútbol, asumiendo la dependencia del jugador, sus circunstancias, sentimientos y capacidades, pues son, lo que el propio Óscar Cano denomina “proyectos imaginarios del entrenador”, la falta de empatía o el desconocimiento de la personalidad de cada uno de nuestros jugadores, algunas de las causas más comunes del fracaso de muchos equipos y, con ellos, de sus entrenadores.

Porque cuántas veces no somos capaces de entender una situación y a la persona que la vive, cometiendo el error de hacer lo primero que nos pasa por la cabeza o lo que a nosotros nos gustaría que nos hiciesen en ese momento, dejando de hacer lo que realmente la persona que tenemos enfrente necesita que hagamos. Debemos pues intentar el tratar al jugador como él necesita y no como a nosotros nos gustaría ser tratados en esa situación.

Conocer a nuestros jugadores, nos permitirá adaptar nuestras actuaciones a las circunstancias, evitando otro error muy común como es el de querer tratar a todos por igual, intentando equiparar a un jugador con años de experiencia en el club o la categoría con un recién llegado o con un jugador con dificultades idiomáticas que limitan su capacidad para captar los mensajes que como entrenador le haces llegar. Ser justos con nuestros jugadores no significará siempre el haberlos tratado de igual manera a todos ellos ni, por supuesto, haber dejado a un lado nuestra condición de líderes dentro del grupo.

Así, ese acertar con las necesidades de nuestro jugador será fundamental a la hora de reforzar la confianza en sí mismo, en su papel protagonista dentro del funcionamiento del equipo y en lo que el entrenador le está transmitiendo, ya que como recogen Weinberg y Gould “los deportistas con altos niveles de autoconfianza se fijan objetivos más ambiciosos y responden de forma más eficiente a situaciones complejas y de mayor dificultad.”

Un clima de confianza y cercanía que algunos eruditos en la causa como Paco Jémez consiguen, como afirmó en una entrevista concedida a El País y entre otras muchas cosas, al no tener problemas para ir a tomar cervezas con sus jugadores, pues son todos capaces de entender que “cuando llegamos al trabajo yo soy su jefe y tienen que hacer lo que yo diga”. Cuestiones de un buen líder. Cuestión de mano izquierda.

Referencias 

  • Cano, O., 2012. El Juego de posición del F.C. Barcelona. Concepto y entrenamiento. MC Sports. Barcelona.
  • Jémez, F. 2012. Entrevista al diario El País, 22-09-12
  • Jones, R., Armour, K. y Potrac, P.,2004. Sports Coaching Cultures: From Practice to Theory. Routledge. New York.
  • Weinberg, R. y Gould, D., 2010. Fundamentos de Psicología del Deporte y del Ejercicio físico. Editorial Médica Panamericana.

Artículo realizado por Diego Cabeza.

Una herramienta para conocer a tu equipo

El todo es más que la suma de las partes, no hay mejor frase para describir el rendimiento de un equipo. Puede ocurrir que el rendimiento de una plantilla formada por mejores jugadores individuales llegue a ser inferior que el de un equipo cohesionado. Es por ello que los entrenadores, a veces, se decantan por incorporar a su equipo a un jugador no tan bueno técnicamente que contribuirá a mantener al grupo unido y en busca de las metas grupales antes que a una “estrella” que puede generar mal ambiente en el vestuario. Podríamos definir la cohesión como la tendencia de un grupo a no separarse y permanecer unido en la búsqueda de sus metas y objetivos por muy difíciles que se pongan las cosas. Esta cohesión no va a llevarnos directamente a la obtención de resultados positivos pero sí nos acercará a sacar el máximo rendimiento a nuestra plantilla.

Los entrenadores, a través de la observación, pueden conocer las relaciones que existen entre sus jugadores, pero ¿qué ocurre cuando no miramos? Las relaciones entre los miembros de un grupo pequeño se pueden estudiar y representar gráficamente utilizando un método sencillo como son los sociogramas. Un sociograma es simplemente un instrumento para representar gráficamente la estructura de un grupo, indicando las relaciones existentes (preferencias y aversiones) entre los miembros que lo componen.

El objetivo principal del sociograma es conocer la dinámica del grupo con el que estamos trabajando, especialmente la presencia de líderes. Podemos utilizar el sociograma para dos fines. En primer lugar, para recibir una primera información acerca del funcionamiento de un grupo desconocido para nosotros. Y, en segundo lugar, para detectar posibles aislamientos y rechazos que se produzcan en el grupo o para conocer líderes secundarios en los cuales la mayoría de los integrantes del equipo confían. Aclarar que nos podemos encontrar con dos tipos de líderes. Los líderes deportivos (preguntas rojas), que por norma general son los que más habilidad tienen para que el equipo desarrolle su mejor juego; y los líderes sociales (preguntas azules), que son los que se han ganado la confianza de sus compañeros.

            Para elaborar nuestro propio sociograma debemos elegir una serie de preguntas que nos muestren las relaciones existentes entre nuestros jugadores. A continuación pongo algunos ejemplos orientativos:

  • ¿A cuál de tus compañeros elegirías para realizar un trabajo?
  • ¿A cuál de tus compañeros no elegirías para realizar un trabajo?
  • ¿A cuál de tus compañeros elegirías para contarle un secreto?
  • ¿A cuál de tus compañeros no elegirías para contarle un secreto?
  • ¿A qué compañero te gustaría ver triunfar en el mundo del fútbol?
  • ¿A qué compañero no te gustaría ver triunfar en el mundo del fútbol?
  • ¿A cuál de tus compañeros elegirías para salir de fiesta?
  • ¿A cuál de tus compañeros no elegirías para salir una de fiesta?
  • ¿Quién te gustaría que fuera tu compañero de habitación?
  • Ante un penalti que nos puede dar la clasificación a la siguiente ronda, ¿qué jugador lo lanzaría si tú fueses el entrenador?
  • ¿Qué jugador crees vital para el juego del equipo?

Cada jugador deberá responder las preguntas que hayamos elegido indicando el nombre de un compañero. Es recomendable que los cuestionarios sean anónimos, ya que lo que nos interesa es conocer lo que piensa el grupo de cada jugador y no lo que piensa cada futbolista de manera individual. Después elaboraremos una tabla de puntuaciones para cada pregunta. Ilustraremos un ejemplo con la pregunta: ¿qué jugador crees vital para el juego del equipo?

Tabla de puntuaciones

Una vez recogidos los datos en la tabla anterior elaboramos el sociograma. Para ello colocaremos en el centro el jugador que más veces hayan elegido (1) y unimos mediante flechas la relación de los demás jugadores.

Sociograma

A simple vista se aprecia que el jugador con más peso en el equipo es el 1, seguido por el 2, 3 y 4. Podemos intuir que la mayoría de los jugadores del equipo confiarán deportivamente en estos futbolistas y sobre ellos cuatro recaerá gran parte del juego del equipo. Esto lo podemos tener en cuenta a la hora de organizar tareas, resolver conflictos en el vestuario, proponer ejercicios con su complicidad, informar de noticias, etc.

Ya que hemos terminado nuestro sociograma aclarar que es una herramienta orientativa, nunca concluyente. Pero cualquier información que podamos obtener de nuestra plantilla, por pequeña que parezca, podrá resultar muy valiosa.