Ejercicio de fútbol: 4×4+2 comodines en cuatro zonas

La velocidad en el juego se ha incrementado de manera vertiginosa con respecto a los últimos años. El fútbol cada vez exige mayor grado de concentración debido a los continuos cambio de rol que durante el partido se suceden y a los que el jugador debe responder con la mayor velocidad de reacción posible. A través de este tipo de ejercicios fomentamos la movilidad de nuestros jugadores, el concepto de separarse de su rival más próximo para recibir en las mejores condiciones y que esto, le produzca una ventaja a él y a su equipo en el mantenimiento de la posesión del balón. Los comodines o jugadores neutros propician que se den superioridades ofensivas en torno a la posición del balón lo que provocará una mayor exigencia a los jugadores defensores.

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Rondo 4x4+2 Comodines en Cuatro Zonas

Protocolo de actuación en el descanso de un partido

Lo que a continuación se expone, es un ejemplo de actuación durante los quince minutos de rigor que dura el descanso entre ambas partes de un partido. Obviamente cada entrenador y cada cuerpo técnico tendrán su visión de cómo aprovechar y sacar el mayor rendimiento posible a este periodo de tiempo.

Quince minutos es el tiempo que estipula el reglamento de la FIFA para el periodo comprendido entre la primera y segunda mitad de un partido.

Descanso

Podríamos establecer tres bloques de cinco minutos en los que cada uno tendrá un objetivo distinto con el fin de poder intentar obtener el máximo provecho y que los jugadores salgan al terreno de juego con las ideas claras para afrontar con mejores garantías el segundo tiempo. Partimos de la base de que el equipo tendrá más o menos asimilado un modelo de juego que ejecutar en el campo. Este modelo de juego habrá sido previamente trabajado por el conjunto en los entrenamientos pudiendo alterar algún factor dentro de los principios propios del modelo en función del rival al que nos enfrentemos pero siempre priorizando nuestra idea de juego.

Bloque 1. Primeros cinco minutos

Mientras los jugadores se dirigen al vestuario para recuperarse del esfuerzo, hidratarse, realizar algún estiramiento específico o en algún caso en particular ser tratado por el fisioterapeuta, si disponemos de uno, el resto de miembros del cuerpo técnico se reunirá para:

  1. Comentar las cuestiones tácticas que el equipo está realizando correctamente.
  2. Comentar las cuestiones tácticas que el equipo debe mejorar en el segundo tiempo.
  3. Recalcar y preparar el contenido que se va a exponer a los jugadores en los bloques siguientes. Aspectos a corregir táctica y técnicamente en el segundo tiempo. Ir desde lo colectivo a lo particular. (Colectivo, intersectorial, por línea e individual)

Bloque 2. Segundos cinco minutos

Durante este periodo tenemos que exponer todos los aspectos a corregir en el segundo tiempo. Hacer un breve análisis de la primera mitad (cuatro o cinco frases) y recalcar lo que el equipo tiene que cambiar para obtener beneficio en esos aspectos del juego que han sido desfavorables en la primera mitad.

Las indicaciones deberán exponerse siempre de manera positiva. No es momento de realizar críticas ni señalar a ningún jugador en particular. Tampoco debemos pedir al futbolista que realice acciones, asociaciones o conceptos que no se hayan trabajado durante la semana ya que podríamos estar haciendo dudar aun más al jugador sobre lo correcto e incorrecto.

Debemos dirigirnos al grupo con seguridad, frases cortas y directas. Partiremos por los errores o conceptos que el GRUPO COMPLETO está realizando e ir, como comentamos anteriormente, de lo colectivo a lo individual. Tenemos que conocer a nuestros jugadores, es importante saber cómo reaccionan a las órdenes y en el aspecto particular, en algunos casos será necesario terminar la charla completa para antes de salir de nuevo al campo, dirigirse en exclusividad a uno o varios futbolistas que pueden reaccionar mal a las correcciones delante del colectivo. No olvides que siempre buscamos salir al terreno de juego con las máximas garantías de competir por obtener la victoria.

Bloque 3. Últimos cinco minutos

Este último bloque estará reservado para señalar todos los aspectos del juego que se han realizado correctamente, en los que hemos sido superiores a nuestro rival y en los que el equipo mejor se ha encontrado en los primeros cuarenta y cinco minutos.  De nuevo debemos partir de lo colectivo a lo individual.

También debemos aprovechar este último intervalo para motivar al conjunto. Independientemente de cómo vaya el resultado ya no se puede cambiar lo sucedido en el primer tiempo, así que hay que centrarse en aquellos aspectos que el equipo puede actuar. Nunca se puede dejar de competir con la máxima intensidad. Hay que volver a recordar el enorme esfuerzo realizado durante la semana. Valorar lo conseguido y alentar hacia las metas u objetivos que tenemos planteados. Fomentar la unión de los individuos en beneficio del bien colectivo, que todos sepan que su papel es importante dentro del terreno de juego.

En muchos casos es necesario realizar una o varias sustituciones en el descanso. Si estos cambios están programados minutos antes de la conclusión del primer periodo es necesario que los jugadores que se disponen a saltar al campo comiencen cuanto antes las tareas de calentamiento con el fin de que puedan estar presentes en el segundo y tercer bloque del protocolo. En el caso de que la sustitución sea decidida en el propio descanso, podríamos delegar la tarea de informar al jugador sobre sus premisas individuales y compromisos grupales en algún miembro del cuerpo técnico.

Ejercicio de fútbol: Rondo 6×6 con cambios de rol y juego de posición

Cada vez más a menudo es más importante la movilidad de los jugadores en la zona de ataque. Los sistemas y ayudas defensivas son mejores y es más difícil encontrar espacios. Es por eso que los cambios continuos de posición se hacen fundamentales ya que desconciertan a los adversarios. Con el siguiente rondo, se promueven los relevos y las permutas ofensivas, para aplicarlos en situaciones de ataque con nuestro equipo.

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Rondo 6x6 con Cambios de rol y Juego de posición

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La importancia de la inteligencia táctica

El fútbol moderno, alejándose de pretensiones ancladas en el esfuerzo físico y la cultura casi militarista donde cada uno de los partidos podría ser comparado a una batalla de aptitudes físicas, ha evolucionado en una dirección donde la mayoría de los conceptos que han marcado una época han sido revisados y modificados en consecuencia. A día de hoy, una buena explicación en  la concepción de este deporte y que explique el motivo de gran cantidad de cambios, podría ser este apunte de JM. Lillo, «Estamos ante un juego colectivo en el que hay interacción con el resto, el otro me condiciona y yo condiciono al otro. Entre todos condicionamos al entorno y el entorno nos condiciona a nosotros. Todos somos seres condicionados y al mismo tiempo condicionadores».

Estos condicionamientos de ida y vuelta, hacen que la inteligencia táctica sea un concepto inseparable de la realidad contextual en la que se desarrolla nuestro deporte. Analizar, anticipar y actuar en consecuencia hace que futbolistas obtengan ventajas notables para sí mismos y para su equipo.

Podemos definir la inteligencia táctica como la capacidad de un jugador para observar las diferentes variables y estímulos del entorno en cada momento determinado, seleccionando la mejor respuesta posible en función de una situación concreta, obteniendo ventajas individuales y colectivas. Este concepto no puede ser separado de aspectos técnicos o físicos, ya que en todo momento se concibe al futbolista en una dimensión íntegra. Por lo tanto, la inteligencia táctica incluye como aspecto clave las limitaciones y virtudes del futbolista, ya que en función de sus posibilidades de desenvolverse en el medio, tomará una decisión u otra.

Existen multitud de casos prácticos en los que jugadores con unos dotes técnicos increíbles, no sacan partido de ellos debido a un déficit notable para interpretar las situaciones reales del juego, y por el contrario otros, más limitados en el aspecto técnico, son capaces de desenvolverse con soltura.

Uno de los jugadores que nos viene rápidamente a la cabeza al hablar de Inteligencia Táctica, es Xabi Alonso. Su colocación en el campo es siempre la adecuada en función de la fase en la que se encuentre su equipo, así como su toma de decisiones. Representa éste parámetro de una manera ideal, ya que es capaz de conocer sus posibilidades de acción en el espacio mediante su cuerpo, con sus virtudes y limitaciones.

Éste aspecto, puede que sea también el más difícil de estimular para llevar a cabo una mejora en el futbolista. Requiere de una estimulación psicológica que en muchos casos es difícil de llevar a cabo por los entrenadores, a la vez que debe ser realizada en unas proporciones adecuadas evitando que se pueda producir una fatiga cognitiva, punto en el que el jugador no es capaz de tomar decisiones con la concreción y corrección necesaria. A pesar de ser un concepto más o menos moderno, cada vez son más los cuerpos técnicos que le dan una enorme importancia a través de los también novedosos medios de trabajo y planificación.

Quizás las diferencias entre  muchos equipos en los últimos años con clubes como el F.C Barcelona o la Selección Española, residan ahí. El talento de jugadores como Iniesta, Xavi o Busquets, reside más dentro de su cabeza que en las superficies con las que manejan el esférico. Basan su juego en una creación de ventajas constantes para sus compañeros, a través de una toma de decisiones que en muchos encuentros ha rozado la perfección.

Por lo tanto, y a modo de conclusión, quizá debamos plantearnos este tipo de conceptos en nuestros entrenamientos diarios, tanto en el fútbol como en la vida, la estimulación perceptiva y la capacidad para interpretar y obrar nos hace más capaces en nuestros respectivos  desempeños, así, que citando de nuevo a JM. Lillo «No construyamos certezas que nos hagan creer que no existe la incertidumbre».

Twitter de Roberto Arias: @ariasgonzalez