Las transiciones en el fútbol

Introducción

Partiendo de la base de que mis mejores ideas están construidas sobre las ideas de los demás, voy a dar mi visión sobre como estructurar el juego en fútbol, para poder analizar y entender lo que sucede en él.

En primer lugar quiero recordar la gran influencia que tienen las transiciones en la consecución de los goles.

Respecto al concepto de “transición”, nosotros lo entendemos como el momento de cambio de posesión del balón, a veces un poco más duradero (por ejemplo, cuando hay un tiro a puerta, el equipo deja de estar en posesión del balón cuando golpea, el portero rechaza y sigue siendo transición hasta que alguno de los equipos se apodere del balón) y otras veces instantáneo (por ejemplo una situación de uno contra uno en la que el defensor roba el balón, pasando por tanto a ser atacante). Pero esto lo consideramos poco práctico, por lo que para su estudio y entrenamiento vamos a considerar la transición como una fase del juego mucho más amplia, que se inserta indispensablemente en la fase anterior (con los movimientos preparatorios) y en la fase posterior (con el despliegue en caso de pasar al ataque y con el balance defensivo caso de pasar a la defensa). González, A. el al. (2007).

Una vez visto el concepto de transición, considero importante entender que el ciclo del juego del equipo viene marcado por la posesión o no del balón. Pero a nivel de jugador se hace más interesante establecer un ciclo del juego condicionado por la intención prioritaria de cada jugador respecto al juego.

Vamos a ver como se pueden comportar los jugadores y equipos en las diferentes fases del juego, tomando como referencia las fases de transición. Analizando la pérdida y la recuperación del balón, que la causa, como se preparan los equipos para afrontarla y como actúan en los momentos posteriores a la misma.

A continuación pasamos a estructurar el juego en diferentes fases y momentos que nos permitan profundizar en su estudio y, más tarde, mostrarlo a los demás. Siempre tratando de no perder la visión global de su funcionamiento.

Estructurar el juego implica distribuirlo en partes que puedan ser claramente identificadas por los jugadores y que permitan ordenar las ideas de juego del equipo para actuar de manera coordinada, enlazamos de manera armónica los momentos de cada fase, procurando al mismo tiempo estar preparados para afrontar eficazmente un posible cambio de fase.

TRANSICIONES ATAQUE-DEFENSA

Es la fase del juego en la que el equipo actúa sobre la PÉRDIDA del balón, se prepara ante ella, responde inmediatamente cuando se produce y empieza a aplicar los medios necesarios para tratar de volver a recuperar el balón o evitar recibir gol.

Para su estudio y aplicación práctica vamos a distinguir tres momentos del juego dentro de esta fase:

  1. Acciones previas a la pérdida del balón
  2. Actuación en el momento de la pérdida
  3. Balance defensivo

Como acciones previas considero, por un lado, el modelo de juego que desarrolle nuestro equipo para cada momento de la fase de ataque (en que momento del juego podemos perder el balón y como estaría posicionado nuestro equipo), y por otro, los medios táctico-técnicos de que disponemos para preparar la transición defensiva cuando el equipo está aún en fase de ataque (basculación ofensiva, vigilancias y relevos).

La actuación en el momento de la pérdida implica un cambio inmediato de actitud por parte de los jugadores (equipo) cuando se prevé la pérdida de balón.

El balance defensivo es el momento posterior a la pérdida, en el que se busca la ocupación óptima de los espacios defensivos, para desarrollar el modelo defensivo que tengamos establecidos: defensa presionante, de contención o la combinación de ambos. Para realizar el balance defensivo disponemos de los siguientes medios táctico-técnicos: acoso, temporización, disuasión, repliegue, desdoblamiento, presión, provocación de fuera de juego, interceptación y falta táctica.

TRANSICIÓN DEFENSA – ATAQUE

Es la fase del juego en la que el equipo actúa sobre la RECUPERACIÓN del balón, se prepara ante ella, responde inmediatamente cuando se produce y empieza a aplicar los medios necesarios para tratar de marcar gol o pasar a atacar posicionalmente.

Para su estudio y aplicación práctica vamos a distinguir tres momentos del juego dentro de esta fase:

  1. Movimientos previos a la recuperación del balón
  2. Actuación en el momento de la recuperación
  3. Despliegue

En los movimientos previos a la recuperación del balón entra: el modelo de juego de nuestro equipo para cada momento de la fase defensiva y los diferentes posibilidades de movimientos que pueden realizar los jugadores, que no intervienen activamente en la fase defensiva, para preparar la transición ofensiva.

La actuación en el momento de la recuperación también implica un cambio inmediato de actitud, bien para contraatacar rápido aprovechando el desequilibrio rival o para descongestionar, sacando el balón de una zona con gran densidad de jugadores hacia un compañero que dispone de mayor espacio para jugarlo.

La primera intención de un equipo en el despliegue debe ser hacia el contraataque, aprovechando el desequilibrio del rival para progresar con la máxima velocidad hacia la portería contraria, siempre y cuando disponga de los medios adecuados para tener un mínimo de garantías de éxito, y además sea lo que le convenga según el resultado y otros condicionantes del juego.

Evolución del despliegue por oleadas:

Respecto al análisis, entrenamiento y aspectos colaterales de las fases de transición.

Esta forma de organizar el juego nos permite hacer un análisis desde la perspectiva de las transiciones, valorando lo que sucede en cada momento del juego en relación con lo que ocurre antes y después.

A nivel de entrenamiento, también podremos diseñar tareas focalizando la atención en cierto momento del juego. Sin perder la visión global, que sucede antes y después… Con la intención de aumentar el número de repeticiones sobre aquel aspecto del juego en el que, según interpretamos en su análisis global, se está produciendo una falta de eficacia (falta de éxito) para conseguir el objetivo secuencial que estemos persiguiendo.

Ejemplo de tarea de entrenamiento estructurado:

Por último, planteo una serie de aspectos colaterales al juego en las fases de transición. Como son:

  • Factores que pueden influir en las transiciones.
  • Del análisis del juego al diseño del modelo.
  • 4 valores para ser eficientes en el juego, del cual destaco la anticipación.
  • “La anticipación no es un medio, ni una intención… es una actitud, es una forma de vivir… Ha de estar siempre presente. En el juego, como en la vida, no hay que esperar a que sucedan las cosas sino crear las circunstancias para que ocurran las que yo quiero”.
  • Velocidad y transiciones.
  • Influencia de las disputas y rechaces en el juego en las fases de transición

Autor: Alberto González

Ejercicio de fútbol: Oleadas de 3 equipos con 2 centrales fijos en cada lado (4×2+4)

Alberto González (@algonfer17), el autor del libro «Fútbol. Dinámica del juego desde la perspectiva de las transiciones» (que ya ha superado los 500 ejemplares vendidos) nos envía esta tarea para el entrenamiento de las transiciones.

Se trata de un ejercicio de fútbol muy interesante para trabajar el juego de nuestro equipo en las fases de transición, de forma muy dinámica. En ella se genera una gran competición entre los participantes. Además, en función del punto de vista que el entrenador quiera enfocar en el ejercicio, se puede hacer hincapié en el momento de las dos fases de transición, ofensiva y defensa, que necesitamos mejorar.

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Macrociclo precompetitivo para un equipo de base

En la entrada de hoy ofrecemos una colaboración del entrenador Jesús Monzón Segura. Jesús es Entrenador Nacional de fútbol y ha trabajado en clubes como CF Unión Agüimes, CF Unión Carrizal, CD Ingenio, UD Vecindario, Estrella CF. También entrenó en la cantera de la UD Las Palmas en varias temporadas, llegando a entrenar a jugadores de la talla de Viera (UD Las Palmas, Valencia CF, Standard de Lieja), Vitolo (Campeón de la UEFA Europa League con el Sevilla FC), Asdrúbal (UD Las Palmas), Tyronne (UD Las Palmas y SD Huesca), Juanpe (UD Las Palmas, Granada CF y Racing de Santander) entre otros que no han tenido tanta suerte.

Jesús nos envía la estructuración de un macrociclo de pretemporada para infantiles (sub-14). En el mismo se muestran los contenidos a entrenar y algunos ejemplos de tareas. Cada entrenador, basándose en esos contenidos, puede desarrollar sus propias tareas de acuerdo al nivel táctico-técnico del equipo.

Igualmente, el macrociclo que busca el equilibrio entre la formación y la competitividad dando prioridad a lo primero, puede ser adaptado para categoría cadete modificando la complejidad de las tareas.

Puedes descargarte el macrociclo completo haciendo clic en el botón que hay a continuación.

Descarga ahora el Macrociclo de Pretemporada

Foto: www.edmoratalaz.com/

Ejercicio de Fútbol: 2×1 finalizando centros y contraataque

Se propone un ejercicio para la mejora de la finalización y del contraataque (y su correspondiente transición defensiva). Este ejercicio ha sido enviado por Pablo Seral (@PabloSeral), Técnico Deportivo de Fútbol y maestro especialista en Educación Física. Ha estado en los siguientes clubes: UD Alzira, UE Alginet, Pego CF, UD Carcaixent, Gandia CF y UD Castellonense.

Desde La Libreta del Mister queremos agradecer a Pablo su colaboración.

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Ejercicio de Fútbol: 7×7 distribuido en 5 subespacios

A continuación os presentamos una tarea enviada por @RXFutbol como colaboración. En este ejercicio de fútbol, se destaca la importancia de la circulación del balón de un lado a otro del campo, sin olvidar nunca el progreso hacia portería contraria. Desde La Libreta del Mister agradecemos esta colaboración.

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El Mapa del Portero: Cuerpo–Mente–Emoción

A continuación os presentamos un artículo escrito por Amalia Revuelta (@CoachingPsd), experta en el entrenamiento de la Lateralidad. Desde La Libreta del Mister le agradecemos esta colaboración. Así funciona un portero.

El Mapa del Portero: Cuerpo–Mente–Emoción

Trabajar el autoconocimiento y automotivación, desde la formación hasta el máximo nivel de competición, mueven el interés y ayuda a profundizar en la verdadera implicación para querer mejorar continuamente. De este modo, el portero, para reconocer su identidad – individual y colectiva – es necesario que tenga representada mentalmente una imagen corporal adecuada, con códigos claves para rendir al máximo nivel en fútbol.

InstintoMarca

Nuestras emociones, pensamientos, y acciones funcionan como un «Todo Neurológico», como el software mas sofisticado y preciso a nivel cerebral. Siguiendo el símil tecnológico, estos programas los fabrica el portero con la información de cómo percibe la competición y entiende el juego. LA VISIÓN táctica debe orientarla a observar la realidad con todos los sentidos y sentimiento, dando “sentido” (permítame el lector utilizar repetidamente la palabra) a toda la información para poder actuar según los programas mentales y las sensaciones que tenga en su banco de memoria corporal.

Además, el portero puede cambiarlos, uno por otro, según la situación en la que compita. Por ello es importante que los comportamientos y movimientos específicos que utiliza cuando piensa, siente y ejecuta acciones técnico–tácticas, ya sean individuales o colectivas, persigan un único objetivo: generar resultados específicos, orientadas hacia cambiar el significado de los aspectos del juego.

A modo de ejemplo, tener la obligación de ganar o jugar, es diferente a pensar en la oportunidad de disputar la titularidad, un partido o la responsabilidad de rendir al máximo nivel en uno concreto por la presión que ejerce el resultado. En definitiva, el portero posee un «mapa» del fútbol propio que no hay que confundirlo con el territorio concreto donde tiene que rendir. Por ello es de vital importancia el significado que se le otorga a: Resultado, Rendimiento, Formación, Valores, etc. Importancia que es clave para que el portero en etapas formativas, le dé significado a cada uno de ellos, ya que servirán de palanca para fabricar creencias personales fuertes y solidas que son las que le impulsan a moverse.

El significado, es decir, la representación mental y corporal del pensamiento y comportamiento (estrategias de motivación) para obtener el máximo rendimiento son las responsables de la actuación deportiva en momentos de máxima tensión. Al estar continuamente construyendo vivencias, el portero necesita una actitud mental positiva, que es la que genera cambios en el “sistema de creencias”, permitiendo aumentar el nivel de motivación personal.

Costa Rica v Greece: Round of 16 - 2014 FIFA World Cup Brazil

Ejercitar el autoconocimiento del portero para construir su mapa de trabajo, deben ser coherentes: una mentalidad ganadora, debe ir siempre acompañada de una emoción optimista y un estado físico fuerte. Éste es el programa necesario para soñar con el éxito.

¿Por qué actualizar el programa?

  1. En ocasiones hay que Redefinir la meta que indica la autodirección positiva: Visualizar anticipadamente la imagen exacta del éxito, “la visión”, permite identificar los obstáculos que detienen el esfuerzo hacia la meta fijada. Hay que detectar oportunidades en cada problema y superar las limitaciones, para mejorar el desempeño y superar los desafíos o retos.
  2. Explorar el mundo interior de los competidores para detectar y frenar obstáculos del equipo que no permiten desarrollar el mejor nivel de rendimiento. Superar bloqueos mentales colectivos.
  3. Bucear por el significado de las “creencias” ya que están directamente relacionadas con la automotivación ¿De qué manera? Si el portero aprende que rendir es ganar, esta mentalidad resultadista puede afectarle, ya que el portero en etapas de formación dará mucha importancia al resultado, a perder o ganar, y en detrimento, poca al esfuerzo que ha realizado durante toda la semana y partido.

Dominar y regular todos estos aspectos con eficacia ayuda a que el portero encuentre un estado físico y mental óptimos para estar centrado, fortalecer el diálogo interno, afianzar la confianza, la motivación y aprender a pensar en la meta, mediante la utilización de técnicas individuales que le permiten desarrollar recursos psicológicos fuertes para explotar el talento individual.

Mentalidad y Futbol

Visualizar las metas y la dirección correcta, aporta significados que se convierten tras la persistencia en creencias que promueven seguridad. Vivir el Miedo depende de uno mismo, de elegir creer o no creer que se puede.

Ejercicio de fútbol: 7×7 buscando verticalidad

En determinadas ocasiones, un juego combinativo donde la cantidad de pases en horizontal sea excesiva, sobre todo si son con poca velocidad, provoca el acomodo de la defensa rival y la incapacidad de crear espacios por donde penetrar. En estos casos, es necesario buscar la verticalidad en el juego para conseguir sobrepasar las líneas adversarias. Para mejorar la verticalidad en el juego, se plantea el siguiente ejercicio de fútbol.

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El truco de la pelota parada

Resulta paradójico comprobar cómo, el momento en el que el juego del fútbol más se aleja de su esencia de juego resulte ser, uno de los caminos más cortos para llegar a celebrar un gol.

Ese momento en el que fútbol deja por unos instantes de ser un juego de once contra once para convertirse en un escenario en el que, el ilusionismo, el engaño y la teatralización toman partido para intentar ganar un metro o unas décimas de segundo con las que aventajar en esa acción a los adversarios.

El éxito actual del Atlético de Madrid ha puesto una vez más de manifiesto la capacidad que tienen las acciones a balón parado para ejercer de vehículo con el que recorrer con mayor comodidad el trayecto hacia el momento de levantar un trofeo o de festejar en la plaza o fuente correspondiente frente a miles de aficionados.

Pero esta importancia del balón parado no es, ni mucho menos, un descubrimiento del Cholo y el Mono, pues mucho antes, equipos históricos del fútbol español se aprovecharon de esas acciones para, como dirían en el país del cuerpo técnico colchonero, salir campeones en diferentes competencias.

Desde aquel Real Zaragoza que con Víctor Fernández levantó la Recopa, pasando por el mismísimo Atleti del doblete con Radomir Antic como ideólogo y un tal Milinko Pantic como milimétrico ejecutor, hasta el Valencia en el que Benítez movía las fichas para que Baraja y compañía anotasen una y otra vez.

Todos ellos equipos de momentos y características diferentes que utilizaron estrategias distintas, pero que reunían elementos comunes e imprescindibles en este arte: excelentes lanzadores, certeros rematadores y sobre todo, una gran capacidad para esconder sus cartas al adversario hasta el preciso momento de ponerlas sobre la mesa.

Casi cualquier lugar del terreno de juego ha sido susceptible para iniciar una de estas jugadas, obteniendo en numerosas ocasiones el final deseado, sin importar si el balón surgió desde una esquina, a raíz de una infracción del equipo rival o después de que uno de los oponentes impulsase el esférico más allá de la línea lateral, como bien aprovechó semanas atrás el Sevilla de Unai Emery representado en la cabeza del simpático camerunés Mbia.

Todas ellas han sufrido una evolución durante los últimos años, encontrando excelentes representaciones más allá del trabajo diario de los clubes, como aquella acción repetida en la que Thiago levantaba sutilmente el balón por encima de la barrera para que Canales marcase sin oposición y que, además de tener un lugar en la historia de las categorías inferiores de la Selección Española, equipos como el Eibar, la han hecho suya en la presente temporada para conseguir marcar goles importantes.

Algunas de estas acciones resultan prácticamente indefendibles por la precisión cirujana en su ejecución si bien, otras acaban en celebración por el despiste o la falta de previsión del equipo defensor ante ese momento en el que cada equipo intenta presentar ante el gran público las novedades de su repertorio en busca del desnivel que el propio juego niega en multitud de ocasiones.

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Contextualizar la Preparación Física

El remanente de ejercicios que un preparador físico puede llegar a poseer para diseñar sus sesiones, seguramente le darían para planificar todas las sesiones del año repitiendo apenas unos pocos. Sin embargo, los hay que con una base que le puede funcionar o que ya le ha funcionado, adapta cada sesión de entrenamiento aportando a esa base un color y una forma concreta para la realidad específica que se desea.

Qué el fútbol ha evolucionado es algo tangible, observable solo con ver cualquier encuentro de primer orden. Es por ello que la mayoría de los entrenadores han sido capaces de entender que el fútbol, en sí mismo, es un sistema complejo e inseparable, donde los condicionantes son tan grandes que son imposibles de predecir. En palabras de Lillo, «Estamos ante un juego colectivo en el que hay interacción con el resto, el otro me condiciona y yo condiciono al otro. Entre todos condicionamos al entorno y el entorno nos condiciona a nosotros. Todos somos seres condicionados y al mismo tiempo condicionadores». Es por todo esto, por lo que las antiguas corrientes de trabajo en preparación física están dejando paso a otras nuevas, más actualizadas, ya que se ha entendido que uno de los aspectos más importantes de este deporte es el entendimiento del contexto, aspecto difícil de comprender si se separan los requerimientos físico-psicológicos, de los condicionantes contextuales anteriormente mencionados.

La preparación física, tradicionalmente ha sido la encargada de proporcionar el sustento al cuerpo del futbolista para que sea eficaz durante los 90 minutos mediante el trabajo de todas sus capacidades. Sin embargo, hoy ya no se ven esas capacidades únicamente como un depósito que hay que incrementar para que tarde en gastarse lo máximo posible, ya que de nada sirven si no se adecúan al contexto que les rodea.

Es ahí donde entran todas las nuevas concepciones que tan de moda encontramos a día de hoy. Sin denostar aspectos tradicionales, estas nuevas tendencias hacen que el jugador corra para jugar al fútbol, salte para jugar al fútbol o gire para jugar al fútbol, y no por el contrario, sea un derroche continuo de cualidades físicas hasta que su depósito se vacíe. El aspecto más complicado es entender el uso de estas cualidades físicas dentro de un contexto plagado de estímulos y que te exige numerosas decisiones. Es por ello por lo que todo el que trabaja únicamente para incrementar la fuerza de su futbolista quizá no se haya preguntado, ¿Cuando tengo una base no es mejor optimizarla que seguir potenciándola?. ¿Para qué quiero ser el jugador con más fuerza de tren inferior del mundo si solo se responder a aspectos lineales y no soy capaz de adaptar mi cualidad y optimizar mis posibilidades en función de la situación del juego, del minuto de partido o de las características de los rivales?

Las preguntas son respuestas cuando el balón echa a rodar, cuando el jugador se da  cuenta que su mecanismo adaptativo no existe o está atrofiado por una exaltación de cualidades, que le hacen ser el jugador más capaz de todos los incapaces, pero el menos adaptado de los que entienden este juego.