Artículo. Cuando dar el once inicial: La importancia del calentamiento mental

El 21 de noviembre de 2015 se jugaba en liga el gran partido, el clásico Real Madrid – Barcelona. El Real Madrid llegaba al partido 3 puntos por debajo del Barcelona y en racha descendente tras perder su último partido frente al Sevilla. El Barça llegaba con un Neymar pletórico y el equipo se había hecho fuerte tras la lesión de Messi. El Real Madrid fue arrasado del campo y perdió el partido 0 a 4. Al día siguiente, el diario Marca daba una noticia sorprendente. Según esta noticia, el entrenador del Real Madrid, Rafa Benitez, comunicó el once inicial a sus jugadores cuando restaba 1 hora escasa para el inicio del partido. De ser esto cierto, el gran Benitez cometió un gran error. Dejarme que os cuente un experimento muy famoso que se realizó en el año 1984 y que creo que muestra en plenitud la importancia que tiene la adecuada preparación mental antes de afrontar un evento:

  • Dos peces macho de una especie que ataca a los de su mismo género, fueron ubicados cada uno en un extremo de un acuario y separados por una pared opaca y móvil. Los peces no se veían hasta que los experimentadores abrían la pared.
  • Cuando se abría la pared, y los peces se veían, se lanzaban el uno a por el otro y comenzaban una lucha hasta la muerte o la huída de uno de ellos. Unas veces ganaba uno de los peces y en otras ocasiones el otro.
  • Sin embargo, los experimentadores introdujeron una variante. Comenzaron a avisar a uno de los peces, siempre el mismo, iluminando su pecera instantes antes de la apertura de la puerta.
  • De esta forma, y al cabo de unas cuantas repeticiones, ese pez asoció la luz con la lucha y disponía de un tiempo extra, antes de que se abriera la puerta, para activarse y prepararse para la lucha. A partir de ese momento, el pez comenzó a ganar todas sus batallas, uno detrás de otro vencía a todos los peces por su mayor activación y agresividad.
  • Sin embargo, y aquí viene lo interesante, un día dejaron de avisar a este pez antes de la pelea y entrenaron a otro para que se activara ante la presencia de la luz. En ese momento, cuando se abrió la compuerta, nuestro querido pez, aquel que siempre ganaba, fue derrotado por el nuevo competidor. No se esperaba el ataque y no estaba preparado para él como sí lo estaba el otro pez.

Este experimento demuestra clarísimamente la gran ventaja que aporta afrontar la competición con la adecuada preparación mental o no hacerlo. Bajo mi punto de vista, en un partido tan importante los jugadores que van a jugar deben conocerlo con mucha antelación. Los jugadores no pueden estar una hora antes del partido con las dudas y la tensión de si jugarán o no, eso desgasta mucho y no pone el foco en prepararse para el partido, sino en esperar para saber si eres o no el elegido. Esto es así, nos guste o no. Creo que lo que se ha de hacer es lo contrario, dar plena confianza a los jugadores que van a jugar y dedicar los últimos dos días a reforzar esa confianza, a dejarles claro que son los elegidos para esa batalla, que son los hombres idóneos para llevar al equipo a la victoria. De lo contrario, perjudicas tanto a los que juegan porque no tienen la preparación mental adecuada, como a los que no juegan, que se sienten decepcionados y tristes a tan sólo una hora del partido y no van a ser capaces de recuperarse y concienciarse para estar listos si el equipo los necesita.

Juan Miguel Bernat
@juanbernatcoach

Artículo. Cuando la ilusión de ganar se transforma en el miedo a perder

Os presentamos el quinto y último artículo de la serie de artículos sobre coaching de Juan Bernat. Disfrútenlo.

CUANDO LA ILUSIÓN DE GANAR SE TRANSFORMA EN EL MIEDO A PERDER

Hay determinadas situaciones en el mundo del deporte en las que cuando parece que lo tenemos todo para ganar, cuando está casi hecho, cuando somos los claros favoritos y solo tenemos que seguir igual… perdemos.

  1. Un equipo siente que ha estado haciendo las cosas bien, está muy cerca de su objetivo, lo ve casi ganado y siente que ya está en un punto en que, al sentirlo ganado, solo puede perder. Ejemplo: Equipo que va líder todo el campeonato, que con una victoria más lo consigue matemáticamente pero que si no puntúa puede perderlo.
  2. Sucede también cuando el ganar se convierte en lo normal: es decir, si ganas es tu obligación, es lo normal, no estás consiguiendo nada, pero si pierdes…

En ambos casos el jugador siente que solo puede perder: en el primer caso porque siente que puede perder algo que ya ve como suyo, en el segundo porque ganar no significa nada.

Todo esto tiene un efecto pernicioso y muy peligroso: eliminamos la ilusión (que es el principal motor para hacer algo) y la transformamos en miedo a la pérdida. A partir de este pensamiento, lo que antes era fácil ahora se vuelve complicado y lo complicado se transforma en imposible. ¿Por qué?

Lo que sucede en estas situaciones es que el jugador “adelanta acontecimientos”. Es decir, su mente no está en el momento presente sino que está pensando en el futuro. Empieza a pensar en las consecuencias que tendría un error, en que hay que aguantar como sea, en qué pasará si se le escapa el partido y pierde, etc. Todos estos pensamientos tienen dos consecuencias inmediatas.

  • La primera que la concentración no es la correcta ya que no se está pensando en el momento presente sino en acontecimientos futuros.
  • La segunda es que el nivel de activación sube, sobrepasa su zona óptima y el jugador se pone más nervioso de lo habitual. Estos nervios también influyen negativamente sobre la concentración, ya que se está más pendiente de tranquilizarse que de cómo jugar.

¿Qué podemos hacer para evitarlo?

  • Para intentar evitar que ocurra la cadena de acontecimientos, lo primero que hay que hacer es eliminar de la mente todos los pensamientos futuros. Céntrate solamente en el presente, AQUÍ y AHORA.
  • Céntrate en escuchar tu respiración. Tú y tu respiración solos. Óyela.
  • No cambies tu estrategia de juego. Muchos jugadores a partir de ese momento, en lugar de centrarse en seguir jugando bien, comienzan a centrarse en no fallar. Gran error por las consecuencias psicológicas que esto conlleva y de las que hablaremos en otro artículo.

Por último y sobre todo:

  • Date cuenta que no puedes perder nada porque no tienes nada. Aún no has logrado nada. Sólo puedes que ganar. No puedes perder lo que nunca has tenido.
  • Dale valor a la victoria. No te dejes arrastrar por el pensamiento de que ganar es lo normal. Búscale el valor a la victoria y engrandécelo.
Juan Miguel Bernat
@juanbernatcoach

Artículo. ¿Es bueno imaginar jugadas antes o durante un partido?

A continuación os presentamos el cuarto artículo de la serie de Juan Bernat.

¿ES BUENO IMAGINAR JUGADAS ANTES O DURANTE UN PARTIDO?

A la imaginación y desarrollo de jugadas en competición o antes de esta se le llama técnicamente visualización. La visualización puede servirte de ayuda para rendir en situaciones concretas de entrenamiento o competición. Numerosas estrellas del deporte han empleado esta técnica para mejorar sus marcas y actuaciones deportivas.

La buena noticia es que todos poseemos este don natural para visualizar. Lo único que hace falta es entrenar y utilizarlo de forma correcta para tu beneficio.

¿Qué quiere decir de forma correcta? Hay 2 aspectos que hay que tener muy en cuenta a la hora de practicar la visualización:

  1. Visualizar no es cerrar los ojos e imaginarse jugando. Es mucho más que eso. Aunque se le llama visualización porque predomina el sentido de la vista, una visualización bien hecha sumerge totalmente a la persona en la historia de forma que utiliza absolutamente todos los sentidos. El jugador: huele el césped, oye al público, siente la goma del pantalón apretándole… y por supuesto ve al rival y la jugada. Es fundamental para hacer la visualización de forma correcta, sentir y vivir internamente lo que estás concibiendo mentalmente. En esta parte está la clave: emocionarse, vivirlo realmente.

Además, para que la visualización tenga éxito, debes realizarla en momentos en los que tu mente esté más receptiva y preparada para ello. Los mejores momentos son aquellos en que nuestra mente está más relajada, habitualmente son los momentos antes de dormirnos, los primeros momentos del despertar al nuevo día, o después de ejercicios de relajación o meditación.

Por último y también muy importante, lo ideal es visualizar en primera persona, no vernos desde fuera sino verlo todo con nuestros propios ojos.

  1. La visualización es tan real en cuanto a sus órdenes al cerebro, que si practicamos la visualización y lo hacemos con una mala técnica, no sólo no mejoraremos sino que empeoraremos. Me explico: el gran secreto de por qué funciona la visualización es porque activa exactamente las mismas áreas del cerebro excepto en el último paso, la inervación del movimiento. Esto implica que visualizar bien equivale, en un porcentaje muy alto, a entrenar ejecutando realmente. El cerebro actúa, salvo en una última orden, exactamente como si estuvieras viviendo realmente lo que estás visualizando. Por tanto, si tu técnica es mala y la repites una y otra vez en tu mente, estarás ensayando con tu cerebro una mala acción y tus resultados reales empeoraran.

Ejemplo: con visualización correcta se consiguió en la Universidad de Carolina del Norte mejorar en un 7 % la efectividad de los tiros libres. Por otro lado, se realizó una visualización con técnica de tiro incorrecta a propósito y en este caso el porcentaje de acierto sufrió un clarísimo descenso.

Por tanto, ¿la visualización es buena? Buenísima, pero solo cuando se visualiza de forma adecuada y consciente comienzas a producir resultados extraordinarios.

Juan Miguel Bernat
@juanbernatcoach

Artículo. ¿Por qué a veces en mitad de un partido se nos va la cabeza?

Tercer artículo de la serie enviada por el coach Juan Bernat. Disfrútenlo.

¿POR QUÉ A VECES EN MITAD DE UN PARTIDO SE NOS VA LA CABEZA?

Para poder hacer uso de la capacidad de autocontrol, necesitamos recurrir a una zona del cerebro llamada corteza prefrontal ventrolateral y que yo, coloquialmente, llamo “el freno de mano”. La capacidad de autocontrol la tenemos todos, pero hay varios factores que nos boicotean y provocan que, en momentos puntuales, ese freno de mano no funcione bien.

  1. El nivel de activación. Si nuestro nivel de activación es muy elevado y estamos excesivamente nerviosos o ansiosos, puede ocurrir que una cosa que hay en los 2 hemisferios del cerebro y que se llama amígdala tome el control total del cerebro. En ese caso lo que pasa es que desconecta la corteza prefrontal (la que utilizamos para pensar fríamente y en la que se encuentra el “freno de mano”) y nos transforma en animales de impulsos (lucha o huye). Reacciones primarias. Está desconexión se produce sobre todo en 2 situaciones: miedo o ira extrema. Así pues, si estas cabreado con el árbitro o, por alguna razón te sientes amenazado y tienes miedo, existen más probabilidades de que se te vaya la cabeza.
  2. El desgaste. La corteza prefrontal (lugar en el que se encuentra el “freno de mano”), necesita mucha energía para poder funcionar. El cerebro consume un 20 % del oxígeno que respiramos y la cuarta parte de las kilocalorías aportadas por una dieta normal. Esto implica que nuestra capacidad de autocontrolarnos se va desgastando cada vez que utilizamos el freno de mano y a medida que estamos más fatigados. ¿Os acordáis de la prórroga de la final del mundial 2006 y del cabezazo de Zidane a Materazzi? ¿Hubiera reaccionado igual Zidane ante Materrazzi si le hubiera insultado en el minuto 1? Creo que no, porque:
    1. A más utilizamos el freno de mano, mayor degaste y mayor probabilidad de que más adelante me haga falta y ya no funcione. Cada vez que frenamos una tentación nos cuesta más de frenar la siguiente. Esto es así y está estudiado.
    2. Además, a más cansados estamos, menos fuerzas tenemos para ponerlo en marcha.

En definitiva, el “freno de mano” puede no funcionar bien ante la fatiga física, ante la fatiga mental o ante una elevada activación. Es por esto por lo que los jugadores que juegan muy activados, que se ponen como una moto en seguida, son mucho más proclives a sufrir estas “desconexiones”.

Consejo: Para evitar que se desconecte el freno de mano, hemos de activar la corteza prefrontal, la parte racional de nuestro cerebro, para ello, oblígate a pensar. Por ejemplo, haz una suma 83+71. En ese momento tu cerebro racional se conectará y recuperará el control de lo que sucede. No es ninguna tontería. Pruébalo.

Juan Miguel Bernat
@juanbernatcoach

Artículo. Cómo aumentar la efectividad a balón parado

A continuación os dejamos el segundo artículo de la serie de Juan Bernat. Esperamos que lo disfruten.

CÓMO AUMENTAR LA EFECTIVIDAD A BALÓN PARADO

Cristiano Ronaldo realiza siempre las mismas conductas y movimientos antes de golpear el balón en un lanzamiento de falta. ¿Tiene esto algún sentido? ¿Es puro marketing?

Lo que hace Cristiano tiene mucho sentido. Emplea una técnica que algún coach o psicólogo le debe haber enseñado y que se llama rutina pre-golpeo.

¿Qué es una rutina de pre-golpeo?

Una rutina es una secuencia ordenada de pensamientos y conductas que realiza siempre igual el deportista para preparar y ejecutar una acción deportiva.

¿Para qué sirve?

  • Conseguir el estado emocional y mental óptimo antes de la acción. Máxima confianza en nuestras posibilidades.
  • Hacer frente a la presión. No dejar hueco a la entrada de pensamientos perjudiciales al tener al cerebro ocupado con los movimientos y pensamientos de la rutina.
  • Mantener e incrementar la concentración.
  • Mantener la calma y evitar la precipitación.

Casi todos los grandes deportistas tienen o han tenido rutinas: Nadal antes del saque, Jordan en los tiros libres, Cristiano en las faltas…

¿Cómo debe ser una buena rutina?

  1. Distinguir entre zona de estudio y zona de ejecución. En la zona de estudio el jugador planta el balón y antes de ir a su posición definitiva estudia y decide cómo va a lanzar la falta, penalti o corner. El traslado a la zona de ejecución se hace siempre de la misma forma.
  2. Compromiso con el golpeo. Importante que cuando se va a la zona de ejecución ya sabe exactamente cómo va a lanzar. Se compromete con el golpe y ya no lo cambia pase lo que pase. Pase lo que pase. En el momento se va hacia atrás a la zona de ejecución sabe lo que va a hacer y lo hace. Si por una de aquellas decidiese cambiar, el jugador debe ir a la zona de estudio y repetir la rutina.
  3. Atención interna: respiración. Una vez en la zona de ejecución debemos centrarnos en nuestra respiración, escucharla como mínimo 2 veces. Y esta debe de ser calmada, debemos bajar el nivel de activación.
  4. Por último, se utilizan las técnicas de visualización justo antes de golpear.
  5. Atención externa: fijamos la vista en el balón en futbol.
  6. Golpeo.

Desde aquí animo a todos los entrenadores a que ayuden a los lanzadores de faltas, penaltis o corners de sus equipos a que definan su propia rutina porque su porcentaje de acierto experimentará un incremento importante.

Por cierto, si se me permite, la rutina de Cristiano se puede mejorar.

Juan Miguel Bernat
@juanbernatcoach

Artículo. Canalizar el egoísmo del futbolista

A continuación, os presentamos una colaboración de Juan Miguel Bernat, la primera de una serie de 5. Juan es Coach Deportivo de varios jugadores de la 1ª División española, uno de ellos internacional absoluto por España, así como de jugadores de baloncesto ACB y de varios jugadores y entrenadores de categorías inferiores del futbol español. Es miembro de AECODE (Asociación Española de Coaching Deportivo). También imparte clases de Equipos de Alto Rendimiento en la Universidad Pontificia de Comillas.

Desde La Libreta del Mister queremos agradecer esta colaboración y esperamos que la disfruten.

CANALIZAR EL EGOISMO DEL FUTBOLISTA

Cualquier jugador que juega en un equipo, como no puede ser de otra forma, tiene su propia personalidad, sus propios valores, sus propios objetivos.

El egoísmo del futbolista es natural y necesario, pero hay que canalizarlo para que no se convierta en una fuerza contraria al bien común, al interés del equipo. El equipo ha de ser el vehículo que satisfaga ese egoísmo, y el entrenador se debe asegurar de que así sea si quiere tener a toda la plantilla involucrada.

Todas las teorías psicológicas de la evolución de los grupos nos hablan de que un equipo bien definido es algo mucho mayor que la suma de las partes, que la suma de cada jugador. Es un ente con vida propia, con su propia personalidad, sus objetivos, sus valores, sus cualidades. Todo ello fruto de la combinación de los valores, cualidades y objetivos de los miembros que lo integran. Pero ojo, esa combinación no es aditiva, sino que sigue una regla combinatoria de carácter interactivo. Es decir, las características del equipo en una determinada cualidad no resultan de sumar esa cualidad en cada uno de los miembros y hacer la media, sino que resulta de meter en una cocktelera las diversas cualidades, y combinarlas para crear algo totalmente nuevo. Si el cocktel sale bien, la suma de 1 + 1 puede ser 4 en lugar de 2, pero si sale mal, puede ser 1 + 1 = 0,5.

A mí, en los equipos en los que trabajo, me gusta decir que el equipo es un jugador más, el jugador número 23 y suelo llevar conmigo una réplica a tamaño real de Michael Jordan.

Entre todos los miembros del equipo creamos a ese jugador 23, queramos o no. Y lo que podemos hacer es dejar sus cualidades, sus valores, su personalidad… al azar, o crearlos de forma consciente y de manera que nos identifique a todos.

El jugador 23 debe ser el prototipo del equipo. Todos deben estar identificados con él. Por eso, es importantísimo dedicar unas horas en pretemporada a definir entre todos como queremos que sea ese jugador 23. Definir sus valores, definir sus metas y asegurarnos de que ambas variables están alineadas con los valores y metas del resto de los miembros del equipo. Una vez definido, el objetivo de todo jugador debe ser desvivirse por ese jugador, tratarlo bien, amarlo, ayudarlo. Conseguir que ese jugador sea imparable. Así también lo serán ellos. Si el jugador 23 está fuerte y con ganas, todos están fuertes y con ganas. El futbol, como ya dijo un famoso entrenador, es un estado de ánimo.

Ese jugador número 23 debe ser el ídolo del vestuario, el líder absoluto, aquel por el que todos se desviven. Todos los jugadores deben de sentirse totalmente identificados con este jugador 23. Y si no se sienten identificados con él, será porque el equipo no está bien formado; porque si lo está, los valores, objetivos y personalidad de este jugador 23 estarán completamente alineados con los de cualquier miembro del equipo.

Así pues, entrenadores, os animo a invertir tiempo en formar, ayudar y educar a este jugador 23. No dejéis que se desarrolle sólo. Dirigir la gestación haciendo participes a todos los jugadores y cuerpo técnico.

Juan Miguel Bernat
@juanbernatcoach

Artículo. Modelos de juego y la variedad.

En el artículo de hoy, Juan Rojo (@jrojodeporte), Licenciado en Ciencias del Deporte y entrenador de fútbol, ahonda un poco más en el modelo de juego dentro de las situaciones de partido que llevan a tomar la reflexión de lo que realmente hay que entrenar con el jugador que es enseñarlo a pensar.

MODELOS DE JUEGO Y LA VARIEDAD

En un partido solemos observar la confrontación de dos sistemas de elementos, dos equipos con sus respectivos jugadores, en el cuál uno se intenta imponer al otro con sus herramientas o elementos disponibles.

El juego deportivo colectivo del fútbol tiene la característica de que es de naturaleza compleja y abierta. Las acciones tácticas, que las llamaría físico-técnico-tácticas (ya que un jugador de fútbol toma decisiones condicionado o influenciado por los parámetros físicos, técnicos y psicológicos y situacionales), son del todo determinantes en el juego. El modelo de juego trata de conceptualizar el juego por medio de reglas de gestión y organización del juego, reglas de acciones conjunto a las capacidades motoras del jugador. Además, dicho modelo de juego teniendo en cuenta la lógica interna del juego en fútbol, puede crear una lógica interna propia en base a la configuración del juego dada.

Figura 1

 

Con dicha presentación podemos observar como hay equipos en el más alto nivel que siguen un patrón de juego. Ese patrón responde una línea conductual clara. Por otro lado, podemos observar equipos que modifican dicho patrón según qué partido, circunstancias o situaciones. Lo que queda meridianamente claro conforme observamos el juego, que la variedad es un principio del juego que responde a una característica básica de este deporte, la incertidumbre.

El modelo de juego que busca, un concepto homogéneo para todos los partidos, muta en pequeñas singularidades o incorpora versiones en su concepto, reglas de gestión y organización para finalizar con acciones que sorprendan o respondan a las que plantea el rival con el objeto de imponerse. Este modelo tiene sus ventajas, el código empleado (comunicación) es el mismo y de ahí el producto se desarrolla y optimiza como si de un software se tratase mientras que por otro lado los rivales pueden conocer el proceso de funcionamiento para poder anticipar soluciones con el fin de superarlos. Por otro lado, tenemos ejemplos en nuestra liga de variedad en el modelo de juego a plantear usando las acciones tácticas en función de un plan (estrategia) que evoluciona a lo largo del juego. Existen casos en la liga española, de equipos que son capaces de realizar una presión asfixiante y luego plantear un repliegue intensivo o viceversa.

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No obstante, una vez planteado esto. La pregunta es la siguiente, ¿cómo podemos conseguir que un equipo pueda responder a tal variedad sea estableciendo un modelo de juego con variantes o modelos de juegos variados?. La respuesta la tenemos en el entrenamiento y en la capacidad de determinar nuestro plan estratégico y que en éste el modelo que se plantee junto con la forma de aplicación sea comprendido por el jugador. Es decir, dotar al jugador de conocimiento, conceptos, aplicación y oportunidad para saber aplicar que acción. Existen equipos con modelos de juegos muy afianzados que al sentarnos en la grada sabemos que vamos a ver con una gran capacidad de crear incertidumbres en las ABP en contra con fin de contrarrestar el peligro rival y existen equipos que sus elementos marcan dos modelos distintos, uno de posesión y presión y otro de repliegue y juego directo/contraataque.

Figura 2

Cada entrenador debe plantear lo que quiere proponer para con sus jugadores y con sus jugadores, conociendo que los equipos son sistemas vivos, son productos de un enfrentamiento de dos sistemas sociales y que en la siguiente secuencia ocurrirán ajustes con ánimo de superarte.

 

Ser entrenador sin haber sido futbolista

Quizás una de los mayores improntas que está dejando el conocido como “fútbol moderno” está siendo la ruptura del mito tan habitual de los años 80, 90 y principios de nuestro siglo que afirmaba que para ser un gran entrenador se requería de la condición de haber sido un buen jugador primero. Pues, visto lo visto, el tiempo ha acabado por hacer quedar a dicha afirmación muy bajo sospecha y, así como también se pueden encontrar exfutbolistas de nivel, muchos de los actuales entrenadores de nivel en Europa son simplemente eso, entrenadores profesionales. Sin palmarés, historial o reputación como jugador que los respalde.

Mourinho

Dentro del que se puede conocer como primer nivel europeo, son varios los técnicos que han tenido una carrera casi inexistente para el gran público o, por lo menos, no demasiado llamativa o reconocida. El primer caso que se viene a la cabeza es, obviamente, el del portugués José Mourinho. Reconocido tanto por su nivel como entrenador como por sus excentricidades, el de Setúbal es sin embargo una referencia para muchos en caso de ceñirse solo a sus conocimientos futbolísticos. Tras ser ayudante en el Barcelona de Robson y Van Gaal, Mourinho saltó a la primera plana deportiva tras llevarse la Champions League con un equipo poco llamado a esas lindes como el Oporto. Su labor en el equipo portugués le llevó al Chelsea y de ahí su historia es más que conocida: Champions con el Inter, paso turbulento y agridulce por Madrid y vuelta a Londres. Un ejemplo, sin duda, de que es posible llegar a ser un entrenador de nivel sin ser un futbolista destacado.

Pero, sin embargo, no es el portugués el único ejemplo. Y es que en su misma ciudad reside, desde el año 1996, Arsène Wenger, un hombre del que poco más hay que decir que su nombre. Tras una poca exitosa carrera como futbolista profesional que duró poco más de tres años, Wenger dio comienzo a una espectacular carrera como técnico. Primero en el AS Mónaco, donde se haría un nombre, y luego en el Arsenal, al que ya ha dirigido durante diecinueve temporadas, siendo ahora mismo el entrenador en activo con más temporadas en un mismo club. Si muchos aficionados aún recuerdan el Arsenal de Henry, Petit, Vieira, Ljunberg o Bergkamp es, en parte, por culpa de este hombre.

Wenger y Emery

Y si la cosa va más por entrenadores que acaben de subirse a recoger algún título, el nombre que sale a la palestra es el de Unai Emery. El vasco está dirigiendo una de las etapas más exitosas de la historia del Sevilla, que no es poco decir, y consiguió la temporada pasada su segunda Liga Europa consecutiva con el equipo andaluz, confirmando además la supremacía española en cualquier tipo de competición futbolística europea. Con tan solo cinco partidos en la Primera División española como jugador, Emery cosechó éxitos en Lorca, Almería y en una difícil plaza como Valencia, hasta que se ha convertido en un entrenador de cartel europeo en el Sevilla.

Son muchos más, pero solo mostrar a tres técnicos como Mourinho, Wenger y Emery muestra que, el mito de que es necesario haber sido buen futbolista para ser buen técnico, necesita ser revisado.

Artículo realizado en colaboración con INK Media.

¡Papá, no me des gritos si fallo!

¿Cuántas veces hemos visto a padres gritando en la grada por el fallo de un hijo? Es tiempo de Carnaval y os dejamos a continuación este video de la Comparsa Los Profanos donde cuenta una realidad que se vive en el día a día. Simplemente vean…